La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

VALOR

Santiago Niño Becerra - Lunes, 20 de Junio

Les llaman LoveMarks, pero podrí­an llamarles pepinillos en vinagre. Son marcas que, por extrañas y recónditas razones, se convierten en objetos de deseo para usuarios que buscan ?algo diferente' y que están dispuestos, en consecuencia, a pagar más por lo que esas compañí­as ofrecen. Apple fue una de las primeras. ¿Es sólo pijerí­a lo que se esconde detrás de los bienes que suministran esas compañí­as?. Yo he sido usuario de Macs hasta que en la Facultad ?me obligaron', tras una reorganización total del área informática, a pasarme al PC. Puede que no se lo crean, pero les aseguro que es cierto: durante los doce años que fui usuario -intensivo, no ocasional: yo enciendo el ordenador a las 08:00 h y lo cierro (cuando lo hago) a las 19:00 h-, de un Mac, jamás, repito, jamás, se me colgó; desgraciadamente, no puedo decir lo mismo de los PCs que he tenido.

 

Pues eso, las LoveMarks. Esas compañí­as, a veces también son objeto de deseo de los inversores, como es el caso del buscador Google. Lo que está pasando con Google es de libro. Yo empecé a utilizar ese buscador desde que apareció en la red, ¿por qué?, pues porque funcionaba de fábula y porque ?tení­a algo'; ¿qué?, pues no se, pero su estética era atrayente y casi siempre encontraba lo que buscaba. Luego salió a bolsa y ya saben Uds. lo que ha sucedido.

Ahora bien, los últimos datos publicados sobre compañí­as punteras ponen un poco los pelos de punta, por ejemplo, comparando la relación existente entre el valor de capitalización de la compañí­a y el volumen de su facturación; así­, mientras que, por ejemplo, para Time Warner ese ratio se sitúa en 2,27, para Google lo hace en 25; es decir, mientras que cada dólar que factura Time Warner contribuye -o tendrí­a que hacerlo- con 2,27 dólares a su capitalización, en el caso de Google esa contribución alcanza los 25 dólares.

Aquellas/os de Uds. que me siguen saben que en raras ocasiones hablo de temas bursátiles pero, lo que sucede con Google merece un comentario. Lo que Google suministra es información, y lo hace bien, y lo hace gratis (además Google, a través de Gmail, suministra servicio de correo electrónico -gratis- con una capacidad casi ilimitada, es decir, suministra la posibilidad de enviar y recibir información). Cierto es que a la derecha de sus listas de referencias o integradas en ellas, se muestran links comerciales, y que los mensajes que se enví­an por su servicio de correo son analizados por un sistema a fin de trazar el perfil de quien enví­a los correos e inyectarle publicidad, y esa publicidad también es información, pero información útil a nivel económico, sí­ y sólo sí­, la consulta acaba en un acto de compra.

Entonces volvemos a lo de siempre: ¿vale, realmente, Google lo que el mercado dice que vale?; ¿es lógico que con una facturación de 3.200 millones de dólares su capitalización ronde los 80.000 millones?. Evidentemente, el que compró googles a 85 y ahora le valen 290, estará encantado y se sentirá más rico; el problema es que, en verdad, sólo lo será si vende hoy; mañana ..., ¿cómo saber lo que sucederá mañana?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]