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SPD

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 22 de Junio

El Partido Social Demócrata Alemán fue fundado en el Congreso de Gotha de 1875; nació de la unión de dos grupos: el de los partidarios de Karl Marx y el de los de Ferdinand de Lassalle. Cierto es que en 1891 el SPD se declaró oficialmente marxista, pero el nivel de la represión de la que el partido fue objeto y el de la violencia de sus manifestaciones, fue mucho más reducido que los que se dieron en otros paí­ses durante la época; el motivo fue la continuada expansión del capitalismo alemán durante los años previos a la I Guerra Mundial.

Entre aquel SPD fundado en el naciente Imperio Alemán y el actual SPD de Gerhard Schrí¶der las diferencias afectan al 99,99 y un millón de nueves más por ciento de su filosofí­a, pero hay un 0, muchí­simos ceros y un uno por ciento de semejanzas: su tendencia a romper con la historia.

Hacia 1880, la tasa de pobreza en el Imperio Alemán afectaba a cerca del 80% de la población, lo que harí­a suponer la existencia de una férrea unión en el socialismo a fin de plantear a la burguesí­a las exigencias pertinentes para revertir esa situación; sin embargo, desde finales de la década de 1890 el SPD empezó a desgajarse en dos corrientes: la ortodoxa y la encabezada por Eduard Bernstein. Mantení­a ésta que el capitalismo, poco a poco, iba superando sus contradicciones internas, por lo que la huelga revolucionaria planteada por el marxismo ortodoxo para acabar con el capitalismo burgués estaba abocada al fracaso, razón por la cual el SPD debí­a orientar su estrategia hacia la obtención de reformas sociales conseguidas en el seno de parlamentarismo democrático. El actual SPD es heredero directo de aquella lí­nea revisionista.

Hoy Alemania es un paí­s ?detenido'. Calificado como ?el enfermo europeo' se encuentra lejos de aquellos momentos expansivos vividos a finales del siglo XIX. Sucesivos problemas internos y externos han creado un estado de semipostración económica y de desencanto social, y la respuesta del canciller Schrí¶der tras la cadena de debacles electorales que el SPD lleva arrastrando desde hace años ha sido la convocatoria anticipada de elecciones a las que el SPD concurrirá con un programa que es una continuación del conjunto de leyes y normas promulgadas por el actual Gobierno y que han influido sobre manera en el agujero en el que se ha hundido el SPD.

Los estrategas del SPD están convencidos de que su única salida es continuar con el rosario de reformas recogido en el documento "Agenda 2010", reformas que suponen recortes en el modelo de protección social y reducciones de los impuestos y las contribuciones para las compañí­as alemanas. Hoy, ésta serí­a la corriente ortodoxa en el SPD, es decir, un partido polí­tico, oficialmente de izquierdas, defendiendo predicamentos capitalistas.

El revisionismo hoy estarí­a abanderado por Oskar Lafontaine, un ex miembro histórico del partido y ex ministro de economí­a que plantea una vuelta del partido a sus orí­genes de defensor de una clase obrera abocada a una constante pérdida de los logros obtenidos en el pasado.

Curioso. Ciento quince años después de plantearse una escisión en el SPD, otra, tal vez, está a las puertas de producirse. Aquella, con una Alemania en ascenso, ya sabemos cómo evolucionó: convirtiendo al paí­s del Rhin en una de las mayores economí­as del mundo y a sus ciudadanos en unos de los, en terminologí­a de John Kenneth Galbraith, más satisfechos del planeta; ¿en qué acabará ésta, con una Alemania en declive y con sus ciudadanos perdiendo beneficios sociales y afrontando un creciente desempleo?.

 
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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