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ACCESO AL USO (Más)

Santiago Niño Becerra - Jueves, 30 de Junio

Aquellas/os de Uds. que habitualmente me siguen recordarán que en varias ocasiones me he referido a la fórmula "pago por acceso al uso", una fórmula a la que, a uña de caballo, aunque sin ruido, nos estamos aproximando. Jeremy Rifkin, en su obra "La Era del Acceso", desarrolló este concepto que, como Uds. conocen, consiste en pagar por el uso de los bienes y servicios, pero no sólo por su uso, eso no entrañarí­a novedad alguna ya que algo así­ ya lo tenemos en funcionamiento, el truco de un verdadero "pago por acceso al uso" está en pagar por cómo se usan, con qué se usan y por cuándo se usan los bienes y servicios que se usan.

 

Actualmente, el Reino Unido es el paí­s que más avanzado se encuentra en cuanto a planes de aplicación de la fórmula en cuestión. El Gobierno británico está diseñando un sistema para que quien las use, pague por usar las carreteras y autopistas de Gran Bretaña.

El sistema consistirá -así­ se está pensado y así­ se ha dicho- en catalogar las diferentes ví­as británicas en categorí­as, registrar los volúmenes de tráfico en esas ví­as según los diferentes momentos del dí­a, y establecer unos importes por milla recorrida en función del tipo de vehí­culo que se esté utilizando para recorrerlas, de la categorí­a de ví­a por la que se esté circulando y de la hora del dí­a a la que se esté circulando, realizándose el seguimiento y control del sistema mediante un dispositivo electrónico ví­a satélite.

Uds. se estarán preguntando si el sistema será caro. Para que se hagan una idea: se estima que el acceso a Londres, a primera hora de la mañana, para un automóvil de la categorí­a de un Jaguar vendrá a costar 1,4 libras por milla. A fin de compensar las duplicidades que este tipo de pago pudiera ocasionar, el Gobierno británico está considerando reducir en 60 peniques los impuestos que gravan cada litro de combustible y eliminar el equivalente de nuestro mal llamado "impuesto de circulación".

Al margen de que los precios del acceso al uso de las ví­as británicas vaya a ser caro o barato, existe un aspecto en el que Uds. habrán reparado: con ese sistema se conocerá, en tiempo real, la posición en que se hallan TODOS los vehí­culos que en ese momento están accediendo al uso de las carreteras y autopistas británicas; en otras palabras, la privacidad se esfuma.

Discútanlo Uds. mientras se toman un capuchino, pero acostúmbrense a esa fórmula, para acceder al uso de carreteras y, ¿por qué no?, para acceder al de la chaqueta que están vistiendo en este momento: es lo que viene.

 
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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