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Santiago Niño Becerra - Viernes, 08 de Julio

La moda es algo muy curioso, de verdad, fí­jense. Algo -una lí­nea de ropa, de calzado, un lugar de vacaciones, un tipo de decoración- se pone de moda, ?se lleva', vaya; todos los diseñadores se ponen a seguirlo y todo el mundo lo desea; está en boga un tiempo y luego decae y se olvida; algunas cosas permanecen, como la lí­nea del Porsche 911; otras vuelven, como aquellas pulseras de piezas azules engarzadas con muelles que se llevaron a finales de los 80. Ahora, en Europa, y más concretamente en España, hay algo de moda: encontrar una solución a la situación en que se encuentra el mercado de trabajo.

 

Recientemente, Jaime Caruana, gobernador del Banco de España y José Marí­a Cuevas, presidente de la CEOE, se han sumado a esta tendencia, y lo han hecho con palabras medidas, complejas, pero que no ocultaban su contundencia. Lo que han dicho, en román paladino es lo siguiente: 1) que las compañí­as puedan reducir el número de sus trabajadores sin trabas legales en el caso de que su economí­a no vaya bien, 2) que los incrementos salariales se vinculen a la productividad y, 3) que se flexibilice el mercado de trabajo. Si se hace lo que apuntan, dicen, no se perderá competitividad y se creará empleo.

Yo, sin embargo, desde mi posición de profesor, me hago la siguiente reflexión. Si el Reino de España tiene un modelo productivo que genera poco valor añadido por unidad productiva porque produce bienes de bajo valor y lo hace poco eficientemente, a medida que las compañí­as españolas o establecidas en el reino vayan viendo como su economí­a empeora en relación al entorno, irán, a la misma velocidad, reduciendo sus plantillas, ¿verdad?.

Si la productividad por hora trabajada del Reino de España es baja, tanto atendiendo a los bienes de bajo valor que produce, como en relación a su entorno geográfico; si las compañí­as del reino deben incrementar su tasa de inversión a fin de ganar productividad; difí­cilmente podrán hacerlo a no ser que su economí­a mejore y, si mejora su productividad, ¿para qué van a mantener un número de trabajadores correspondiente a una situación en la que la productividad era reducida?, ¿para producir más?, entonces, y en el caso de que consigan mercado para esa mayor producción, continuarán aumentando la inversión, ¿no?.

Si el mercado de trabajo se flexibiliza -y cuanto más lo haga- y si lo hace en un escenario en el que un número apreciable de compañí­as tengan problemas y/o en el que la productividad sea creciente, las empresas del reino tenderán a reducir plantillas y/o invertir más y más a fin de mejorar su productividad, es decir, su competitividad, ¿a qué si?.

Entonces, ¿cómo puede llegar a mejorar la tasa de ocupación en España partiendo de que, además, mejore sustancialmente la tasa de actividad española (que en el reino es bají­sima), si las compañí­as del reino deben aumentar su inversión a fin de incrementar su productividad debido al ineludible proceso de cambio que debe producirse en el modelo productivo español?. La verdad, no lo entiendo.

 
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economí­a. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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