La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

ONCE UPON A TIME (I)

Santiago Niño Becerra - Lunes, 05 de Septiembre

Habíт­a una vez ...Habíт­a una vez un lugar muy verde y montañoso bañado por un mar bravíт­o; un lugar repleto de leyendas en el que sus habitantes vivíт­an del campo, de la ganaderíт­a y de la pesca. A finales del siglo XVIII, ese lugar comenzó a modificar su modo ancestral de vida, y la mineríт­a no artesanal y una naciente industria comenzaron a introducirse en un tejido social dominado por una tradición caciquil sin, a penas, mentalidad burguesa.

Las actividades tradicionales rechinaron debido al choque cultural y a los cambios que los nuevos modos de hacer fueron produciendo, modificaciones que, de entrada, en muy poco beneficiaron a la reducida población del territorio.

A lo largo del siglo XIX y de gran parte del XX, unas incorrectas decisiones en la políт­tica industrial del paíт­s, junto a una pesada protección, catapultaron a la mineríт­a y a la industria de ese lugar que continuó siendo gobernado siguiendo unas pautas cada vez más alejadas de las que aceleradamente se estaban imponiendo en el exterior del paíт­s al que ese lugar pertenecíт­a; asíт­, su mineríт­a carboníт­fera continuó explotando unas vetas cuyo ancho ya no correspondíт­a a los requerimientos de rentabilidad que las explotaciones de ese tipo debíт­an cumplir, y su industria continuó, mayoritariamente, centrada en la producción de unos bienes metálicos con un proporcionalmente menor, con el transcurso del tiempo, valor añadido.

A medida que esa mineríт­a y esa industria protegidas se fueron desarrollando, se fue produciendo el abandono de las actividades tradicionales, de tal modo que cuando el paíт­s del que ese lugar formaba parte se integró en una agrupación económica internacional y la protección, necesariamente, tuvo que empezar a desaparecer, ni esa economíт­a tradicional en gran medida abandonada, ni el turismo -fundamentalmente interior- que hacíт­a treinta años habíт­a comenzado a llegar a ese lugar, pudieron absorber la ingente masa de trabajadores que fue prejubilada y que se tradujo en un creciente número de hombres inactivos en edad laboral aunque con una muy elevada renta, en un acelerado abandono de casas y de propiedades, en la marcha hacia unos nuevos barrios edificados en los principales núcleos de población del lugar y en unas elevadas tasas de desempleo juvenil.

Ese lugar no es un lugar de ficción; ese lugar existe; su nombre es Asturias.

To be continued.


Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]