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BANANAS

Santiago Niño Becerra - Viernes, 16 de Septiembre

¿Recuerdan la pelíт­cula del mismo tíт­tulo del que encabeza estas líт­neas dirigida y protagonizada en 1971 por Woody Allen?, ¿si?, pues esto, hoy, va a ir, en parte, de eso, de las bananas.

En el mundo de las relaciones económicas internacionales habíт­a una vez un tema del que se llevaba hablando desde hacíт­a mucho, mucho tiempo; un tema que, aunque con el tiempo ha llegado a mover un volumen apreciable de fondos, no es comparable, por su importancia, a otros, caso del petróleo; sin embargo el objeto, el bien en cuestión, es muy sensible para la UE porque enlaza con su pasado colonial, y lo es para España, en particular, porque el reino lo produce.

El contencioso entre la UE y los paíт­ses latinoamericanos productores de bananas se dilata en el tiempo, tanto, que ha sido, y continúa siendo, ejemplo ineludible en clases y charlas de economíт­a internacional. La pugna es sencilla: una banana ecuatoriana colocada en un punto de venta de fruta en Hamburgo, le resulta, a un consumidor alemán, a un precio más barato que un plátano cultivado en las Islas Canarias, algo parecido sucede con los plátanos obtenidos en las antiguas posiciones coloniales de Francia y Portugal.

La UE ha estado gravando/limitando las importaciones de bananas latinoamericanas desde hace años, lo que ha estado perjudicando a las compañíт­as transnacionales -fundamentalmente USA- que se dedican a la comercialización de este bien en estos paíт­ses, por lo que estos paíт­ses productores -azuzados por las multinacionales USA- denunciaron la políт­tica de la UE sobre el plátano en la OMC, políт­tica que los productores europeos bendecíт­an y exhortaban a mantener. Ahora la OMC ha fallado en contra de Europa.

Bien, el tema está como sigue. Esos paíт­ses productores de bananas son, todos, subdesarrollados en mayor o menor medida y supongo, que todos estamos deseando que abandonen la situación de subdesarrollo en la que se encuentran, a ello contribuiríт­a la libre exportación de sus bananas. Por otro lado, en la UE, hay bastantes personas y capitales comprometidos en la producción y distribución de los plátanos obtenidos en la UE o en territorios de especial sensibilidad para la UE, por ejemplo, en las Islas Canarias, donde 15.000 personas dependen, de una u otra manera, del cultivo de esa fruta.

Si, al margen de sanciones y malos humores, la UE mantiene la políт­tica sobre el plátano, esos paíт­ses se resentirán en su marcha para abandonar el subdesarrollo; si la abandona, la libre entrada de bananas tendrá consecuencias zonales muy importantes en Europa.

Complicado, ¿verdad?. No lo olviden y medíт­tenlo mientras degustan su próximo Banana Split.

 
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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