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MINICRASH EN LAS CONSTRUCTORAS (Y OTRAS)

Moisés Romero - Martes, 22 de Febrero

{mosimage}La agitación y las órdenes de venta subieron ayer de tono a medida que aumentaban los descensos en las constructoras y valores sujetos a regulación (utilities en terminologí­a anglosajona) ¿Culpable? El gobierno, por la falta de definición fiscal en materias tan populares como la cuestión inmobiliaria. También, la amenaza cierta de nuevas subidas de tipos de interés en Estados Unidos, que ayer permaneció cerrado por festivo. En cualquier caso, han sido los sectores que más han subido desde mediados de agosto de 2004, cuando se inició la carrera alcista actual. La contundencia vendedora revivió escenas de minicrash en algunos tí­tulos. La pregunta ahora es si el Ibex tiene o no visibilidad para afrontar el futuro inmediato.

La agitación en Bolsa creció ayer a medida que se desarrollaba la tanda y más cuantiosas eran las pérdidas en sectores como las constructoras y las eléctricas. La respuesta esgrimida por los agitadores que surcan los mares de los medios de comunicación sin reparos de tipo alguno, un dí­a sí­ y otro también, ya la quisiera Perogrullo: "bajan porque han subido mucho. Además, hay mucha incertidumbre fiscal, demasiados globos sondas por parte del Gobierno. Inmobiliarias y sectores regulados están, como siempre, en el punto de mira". Antes, en la recta final de la semana pasada, estos mismos agitadores enarbolaban otra bandera: "la fortaleza de la Bolsa es incontestable. Las alzas continuarán y son las constructoras y las eléctricas las que mayor visibilidad tienen", decí­an el viernes.

El caso define en su justa medida la incertidumbre que rodea los mercados de acciones desde hace dos semanas, más por factores inducidos que por asuntos internos. El crash anunciado en el sector inmobiliario envejeció rápido y murió, hace dos años. Las denuncias de aquella época no sirvieron para nada, porque desde entonces hasta ahora, los precios han seguido al alza, que es lo mismo que decir que los que vaticinaron el crash fueron respondidos por el mercado, esa realidad incontestable, con un magní­fico corte de mangas.

¿Por qué el desplome? Aunque Wall Street permanceció cerrado por festivo, los grandes fondos que intervienen en el mercado nacional, principalmente hedge fund, iniciaron ayer su nuevo mes, su nuevo periodo de cómputo a efectos puramente bursátiles y contables. Tras el vencimiento del viernes, los grandes estrategas retomaron el penúltimo discurso de Alan Greenspan. En concreto, su advertencia de que las agencias hipotecarias deben examinar con detenimiento su cartera de préstamos. "De no ser así­ pondrán en problemas al sistema financiero norteamericano de manera casi inevitable".

En el verano de 2004 los analistas resaltaron que si quiebran Freddie Mac o Fannie Mae, quiebra el sistema. Las agencias hipotecarias son empresas que cuentan con el respaldo de la Fed y dotan de liquidez a las entidades financieras para que coloquen sus créditos para la vivienda. Estas agencias cotizan en Bolsa y son grandes emisoras de renta fija. Sus bonos gozan de la más alta calificación crediticia.

El mercado español tiene sus propias agencias inmobiliarias, entre las que destacan los grandes bancos y todas las cajas de ahorro. No hay que viajar, por tanto, a Estados Unidos. El enemigo está en casa. El alza continuada de tipos de interés, que es lo que advirtió Greenspan la semana pasada hace más difí­cil el equilibrio de ese magní­fico castillo de naipes construido al calor de tipos bajos y grandes dosis especulativas.

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Moisés Romero




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