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Conte se mete en un líт­o

Administrador - Viernes, 02 de Junio

La decisión del presidente de Iberia de reducir los vuelos que tiene como base el aeropuerto barcelonés de El Prat se ha convertido en un conflicto político.

Cuando en la pasada junta de accionistas de Iberia su presidente, Fernando Conte, ya sabía la polémica que iba a generar el plan de ajustes de los vuelos domésticos. Aunque se está centrando exclusivamente en el futuro del aeropuerto de El Prat, se trata de un programa que pesa sobre las terminales de toda España y, con la idea, de recortar todas aquellas líneas que no están siendo rentables. Pero lo cierto es que donde se ha desatado una gran tormenta política y social es la decisión de la terminal de El Prat. 

Pese a que aerolíneas como Vueling, Air Europa, easyJet, Air Madrid y Spanair reiteraron su interés por hacerse con los derechos de aterrizaje y despegue (slots) que Iberia podría abandonar, que podrían alcanzar a cerca de 36 vuelos que explota desde El Prat, las criticas a la aerolínea de Conte no cesan. La reacción de tantos sectores económicos y políticos catalanes ha empujado a la compañía a enfriar un poco la situación y ahora diversos portavoces de Iberia han señalado que la compañía todavía no ha especificado sus planes y que para nada van a marcharse de Barcelona, y han apuntado que la oleada de críticas es prematura. 

De cara a la galería, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, ha intentado restar importancia a la decisión y ha asegurado que la decisión ‘no nos quita el sueño, porque si no hay unas aerolíneas habrá otras; ya nos espabilaremos". Sin embargo, de puertas para adentro, las autoridades catalanes han mostrado su preocupación –e irritación- ante la decisión de la principal aerolínea española y es muy probable que Maragall y Conte se reúnan la próxima semana para intentar reconducir una situación que se ha convertido en todo un debate político. 

Desde la aerolínea presidida por Conte se recuerda la importancia del negocio Barcelona-Madrid, en donde sólo los vuelos domésticos representan 15,4 millones de pasajeros, el 55% del total, y de los que dependen el 34,3% de los ingresos de la aerolínea de bandera, que fueron ese año 3.610 millones de euros. ¿De verdad creen que Iberia renunciará a este volumen de negocio e ingresos? No lo parece. Más bien Iberia implantará su compañía de bajo coste en un aeropuerto muy utilizado, como es el Prat, que garantice el futuro e inmediata rentabilidad de esta nueva compañía que, de paso, le permitirá a Iberia reducir los altos costes que maneja.




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