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Telepizza se olvida del gobierno corporativo

Administrador - Jueves, 08 de Junio

Pedro Ballvé logró ayer dejar en ‘stand by’ las OPAS lanzadas sobre la empresa de comida rápida recurriendo a unos anticuados estatutos.

Las OPAs de del Grupo Zena y de Ibersol sobre Telepizza han quedado abocadas al fracaso tras la decisión de la junta de accionistas de no levantar las restricciones de voto y acceso al consejo de administración con las que cuenta la compañía de comida rápida como blindaje. 

Pese a que las ofertas de estas dos empresas son mejores que la OPA presentada por la familia Ballvé, primer accionista, con el 30% de la compañía, los Ballvé se han valido de unas argucias legales muy mal vistas en el mercado desde un punto de vista del gobierno corporativo. De hecho, todos los supervisores, incluida la CNMV, recomiendan –por desgracia, solo recomiendan y no obligan- a la eliminación de este tipo de blindajes que impiden la toma de control de una sociedad. Además, parece que la actuación de los consejeros independientes ha sido nula a este respecto, más aún cuando cuenta entre sus miembros con alguno que destaca como experto en gobierno corporativo. 

En definitiva, la junta general de accionistas de Telepizza no aprobó la eliminación de estos blindajes de sus estatutos, para lo que necesitaba el voto favorable del 75% del capital, cuando ayer estuvo presente y representado el 63,609%, y un solo accionista, la familia Ballvé, reúne más del 30%. Pese a todo, el 34,87% de los accionistas abogaron por levantar el blindaje. 

La oferta del grupo Zena (CVC) e Ibersol, a razón de 2,40 y 2,41 euros por acción, respectivamente, superan la contraprestación económica de 2,15 euros del grupo Carbal, vinculado al presidente de Telepizza, Pedro Ballvé, y al fondo de capital riesgo Permira. Pese a que Ballvé reconocía que la contraprestación económica de todas las ofertas de compra es justa, "hay dos propuestas que son competidoras con el modelo de negocio de Telepizza y pueden poner en diferencia el desarrollo de la gestión de la compañía". ¿Por ello hay que apostar por la oferta menos interesante –la de Ballvé- frente a la mayor contraprestación de las ofertas de Zena e Ibersol? ¿No habría que dejar a los accionisas elegir?

De momento, los accionistas se quedan sin dividendo, según Ballvé ‘con el fin de no perturbar el proceso de ofertas competidoras’. El presidente de Telepizza se refugió en la evolución de las acciones, una revalorización del 40% desde que comenzó la guerra de OPAs. Es decir, que ahora, con el bloqueo de las ofertas, ¿las acciones están abocadas a caer? Según la teoría de Ballvé, sí. 

Parece claro que todas estas medidas responden a la apertura de un periodo de negociación entre las tres partes -¿o solamente dos?- que permitan a la familia Ballvé seguir controlando Telepizza. No ponemos en duda la buena gestión que han realizado los actuales gestores de Telepizza, -ganó 23,1 millones en 2005, el 23,3% más-, pero la actuación no ha sido del todo elegante o, cuando menos, poco transparente. ¿O acaso las negociaciones culminarán con una oferta más suculenta para los accionistas? Si es así, todo lo dicho en contra sobra.




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