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NO ES BUENO JUGAR CON EL PETRÑ“LEO

Moisés Romero - Lunes, 28 de Febrero

{mosimage}Los Paí­ses Productores de Petróleo (OPEP) sufren de estrabismo. Con un ojo miran las evoluciones, de nuevo erráticas, del dólar, que es su moneda de referencia y con otro, el proceder de la demanda en el mundo, principalmente del sudeste asiático. Para los consumidores no estadounidenses, la debilidad del dólar contrarresta los efectos del alza del crudo. No es bueno sin embargo, que el petróleo haya entrado en juego como moneda de cambio en los últimos dí­as, y lo que es más importante, que haya roto niveles al alza. Las Bolsas demostraron en 2004 una gran sensibilidad a este fenómeno. Lo normal es que ahora suceda lo mismo, máxime si el petróleo se desmelena por unas u otras razones, olas de frí­o (luego vendrán las de calor y los aparatos de aire acondicionado) incluí­das.

El discurso que utiliza la OPEP en los últimos dí­as es sospechoso. Ha cambiado el perfil técnico, que rodeaba hasta hace muy poco la estructura de los precios del petróleo, por otro de sutilezas fundamentales. Dicho de otro modo, hasta hace dos meses miembros cualificados de la OPEP admití­an que en el precio del petróleo conviví­an factores de mercado con elementos puramente especulativos, hasta el punto de que se calculaba que en el precio actual un mí­nimo de 10 dólares correspondí­a al añadido especulativo de los mercados. Ahora se ha borrado el término y se considera que el petróleo está alto, porque debe estar alto, porque así­ lo demanda el mercado, sin mayores consideraciones.

En las últimas horas, como agravante, aparecen manifestaciones como las de portavoces cualificados de la OPEP, sintiéndose cómodos con los precios cerca de los 52 dólares. También, las del Ministro de Petróleo de Arabia Saudita al señalar que "pienso que los precios del petróleo estarí­an dentro de la banda de 40/50 dólares". En su opinión, los fundamentos llevarí­an a esa banda de precios. Malo es, dicen los observadores, que siempre acabe el discurso con justificaciones de hechos fundamentales, porque estas argucias suelen volverse contra quienes las esgrimen ¿Es un buen fundamento, por ejemplo, la caí­da del 24% de la importación de crudo por parte de China en enero?

Para argucias, también, la evolución de las encuestas de inventarios de crudo en Estados Unidos. Una semana sí­ y otra también, no hay quienes las entiendan. Unas veces suben los inventarios de crudo y al mismo tiempo bajan los de productos destilados, y al revés. Por mucho que se empeñen algunos en desnudar las estadí­sticas y en aclarar que una cosa son los inventarios históricos y otra bien distinta los que serí­an óptimos en situaciones de incertidumbre como la actual, la realidad es que muy pocos saben encajar las piezas del puzzle.

Malo, en fin, jugar la pelota en el campo del petróleo, porque entre otras cosas, los mercados están prestos a cotizar en las próximas semanas las diferentes encrucijadas del pulso económico. Acabada la presentación de resultados y hasta que llegue la oleada de profit warnigs en la última semana de marzo, la coyuntura económica va a influir mucho en los mercados. El petróleo alcanza en este punto un peso especí­fico importante.

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Moisés Romero




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