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GALIMATÍAS DE NORTE A SUR

Moisés Romero - Miercoles, 09 de Marzo

{mosimage}En los discursos de última hora hay mucho lí­o, un embrollo que desanima a los inversores y deja boquiabiertos a los especuladores más rápidos, porque no saben qué camino tomar. De repente, organismos como el Fondo Monetario Internacional comienzan a utilizar un lenguaje, que aunque conocido y archisabido, a los mercados les resulta oscuro e impropio en estos momentos. Desde el BCE se alerta, en el mismo acto, de que los tipos de interés están excepcionalmente bajos en la eurozona y de que ello puede acelerar las tensiones inflacionistas de fondo ¿Por qué el cruce de acusaciones ahora y no hace unos meses dado que las circunstancias son  las mismas? Galimatí­as que, en cualquier caso, abre la puerta de la incertidumbre.

La rapidez con la que cambia el decorado macroeconómico, empresarial, financiero y fiscal en el mundo sorprende, incluso, a los más aguerridos operadores del corto plazo. Hace cuarenta y ocho horas, los barómetros apuntaban buen tiempo en materia de inflación, excelentes resultados empresariales, alzas comedidas de los tipos de interés, principalmente en Estados Unidos, control en los mercados de cambio y perspectivas razonables en materia de crecimiento económico. O lo que es lo mismo, la semana amaneció con los mercados instalados en ese mundo feliz con que despidieron 2004 y apoyo decisivo a la inversión en Bolsa. Sólo en la penumbra aparecí­an algunas sombras en materia de déficit, al hilo del discurso repetitivo que realizó Greenspan la semana pasada.

Veinticuatro horas después, la puerta chirrí­a y los indicadores de situación enloquecen por la llegada repentina de un temporal de frí­o polar. El periódico británico The Financial Times publica algunos apuntes de un borrador del Fondo Monetario Internacional con impresiones desalentadoras, como, por ejemplo, que la mejora económica es cada vez más desequilibrada, al destacar que Estados Unidos y China están ampliamente adelantados. Además, el Fondo Monetario Internacional rebaja sus previsiones de crecimiento para Japón y la UEM, pero eleva su perspectiva para el crecimiento de Estados Unidos de este año hasta cerca del 3,7%, aunque advierte que puesto que el ahorro familiar está cercano a cero, sigue existiendo el riesgo de una reducción en el consumo privado, particularmente si los aumentos en los precios de las viviendas se desaceleran.

El Fondo Monetario entra, también, en el terreno del dólar y señala que se esperan futuros descensos de la divisa estadounidense, porque se observan retrasos en la aplicación de medidas consensuadas para abordar la consolidación fiscal en Estados Unidos, la reforma estructural en Europa y la flexibilidad monetaria en Asia. Es decir, más gasolina al fuego de una divisa atacada por todos los flancos.

Hay más apuntes de interés, con tonalidades oscuras que desaniman a los mercados. Para las Bolsas mentar la palabra enfriamiento económico es situar en primer plano la bicha que todos temen, porque sin crecimiento los beneficios merman y las valoraciones suben de manera instantánea. Es decir, las Bolsas se vuelven caras de una sola tacada y ello provoca la huida de los inversores.

En el galimatí­as del momento la pimienta viene de la mano del BCE, hasta el lunes apenas preocupado por la inflación, pero acongojado de manera súbita con el fenómeno. Nout Wellink, consejero del BCE, ha sugerido que la autoridad monetaria podrí­a elevar los tipos de interés para acabar con eventuales tensiones inflacionistas, porque el precio del dinero en la zona euro es extremadamente bajo, lo que al final tendrá como consecuencia un incremento de los precios. La pregunta es ¿por qué lo dice ahora y no antes? ¿qué es lo que ha cambiado de un dí­a para otro?

Mucho lí­o, un  galimatí­as fabuloso que enciende la llama del petróleo, apaga el rescoldo de las Bolsas y despierta al león dormido de los mercados de divisas.

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Moisés Romero




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