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“La economía española solo puede mejorar en el futuro, pero la recuperación que llega es triste…”

José Luis Martínez Campuzano - Viernes, 21 de Junio

economia

Hablando de fondos. Un economista amigo, asidua su columna en un periódico nacional, alude ya al fondo de la recesión de la economía española. En este diagnóstico coincide con el Presidente del Gobierno: la economía española solo puede mejorar en el futuro. Los datos lo avalan; las perspectivas apuntan a ello. Y sin embargo, la recuperación que se avecina es triste: sin creación de empleo a corto plazo, con mayores ajustes en los desequilibrios que subsisten (residencial, especialmente precios) y probablemente mayores niveles de ahorro desde niveles ahora insosteniblemente bajos. Una recuperación que no despejará del todo las dudas sobre mayor morosidad empresarial. Y no fundamentada en una recuperación del crédito. En fin, una recuperación técnica, temporal o cíclica. Pero, es cierto, por algo se empieza. No quiero pecar de pesimista (de hecho, no lo soy) pero es evidente que el debate actual sobre recuperaciones a nivel internacional (el de la economía española es un ejemplo y no tanto una excepción) me recuerda mucho al de dos años atrás sobre brotes verdes y túneles. De hecho, hace unos días me llegaba una viñeta publicada en un periódico norteamericano con un avión en caída vertical ya cerca del suelo donde un piloto preguntaba al otro precisamente sobre la proximidad del suelo. No me hizo ninguna gracia, por cierto.

Quizás vi reflejada en este dibujo uno de mis mayores temores junto al de la falta de efectividad de la política monetaria con el tiempo (en Japón saben mucho de esto...doblar la apuesta sin nada más da una cierta alegría inicial para luego dejar nuevas preguntas sin respuestas). Precisamente he leído por primera vez algo de esto último en un conocido economista norteamericano. ¿Qué no es algo nuevo? Sí lo es si al mismo tiempo se combina con los riesgos derivados de la continua subida del stock de deuda.

En definitiva, demasiado énfasis en los flujos y poco en el stock. Claro que el tiempo lo soluciona todo. O quizás no.Un ejemplo de esto último es el debate sobre las pensiones en España. Aunque deben saber que es un debate abierto a nivel mundial en los países desarrollados desde hace años. En definitiva, la financiación del Estado del Bienestar con un crecimiento deprimido y problemas de envejecimiento de la población.

Algunos optaran por decisiones limitadas, aplazando otras más determinantes a tiempos mejores. Pero, la historia nos muestra que las decisiones estructurales dolorosas sólo se toman en situaciones que también lo son. Una recuperación cíclica, temporal y limitada sólo puede llevar a bajar la guardia frente a los problemas. A pensar que ya no hay tanta prisa. Al final, a considerar que lo peor ha pasado y sólo resta esperar a que la recuperación se afiance. Recuerden una cosa al pensar en todo esto: la Crisis de deuda no se resuelve con más deuda. Nunca.

Pues aquí estamos hablando de todo esto. En las reuniones de economistas a las que asisto últimamente comenzamos hablando de lo que está mejorando (certidumbre a corto plazo) para luego deprimirnos al ver la cantidad de preguntas sin respuesta a las que nos enfrentamos (incertidumbre a medio y largo plazo). Vemos los avances obtenidos en la Crisis (batallas): financiero y competitividad; para luego entrar en lo que queda pendiente (Guerra) y deprimirnos. Incluso uno de ellos aludió al coste de la resolución de la Crisis del Euro en términos de otros cinco años de estancamiento. Sinceramente, no creo que muchos países lo puedan aguantar.

¿Lo ven? me deprimo. Mejor piensen que el futuro a corto plazo será mejor, aunque sólo sea por lo difícil que es repetir o empeorar una situación tan compleja como la que hemos pasado.

José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España




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