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BOLSAS que saltan de la euforia al pánico y del pánico a la euforia

Redacción - Miercoles, 22 de Octubre

Nuevos ascensos en las bolsas europeas, que siguen incrementando el rally alcista desde el mínimo intradía alcanzado el pasado jueves. Los niveles de sobreventa se han corregido ya, y en estos momentos son los rumores sobre una intervención del BCE de nuevo en el mercado lo que alimenta las compras.

En este contexto el Eurostoxx 50 sube un 0,54% a 3.005 puntos, cerca de máximos intradía. En máximos también el Ibex 35 con ascensos del 0,96% a 10.249 puntos.

Como señalábamos anteriormente, los rumores que apuntan a una posible intervención del Banco Central Europeo en el mercado de bonos corporativos, y a la implantación de un programa de compra de deuda soberana en caso de que el escenario deflacionista se afiance, son los factores que hoy han impulsado las bolsas europeas.

Desde el mínimo intradía del pasado jueves, el Eurostoxx 50 ha subido más de un 7%, eliminando la sobreventa que presentaba. El momento de mercado en el corto plazo es positivo, aunque se mantiene la incertidumbre en el medio plazo.
Para poner estas subidas y caídas en contexto, nos gustaría traer a este cierre de mercado el acertado análisis de escenario de M&G Valores, pues creemos que nos sitúa correctamente en el contexto actual.

Todas las correcciones más o menos importantes llevan aparejada una narrativa que las explica. La fuerte caída de la Bolsa desde mediados de septiembre se ha asociado a un deterioro de las expectativas de crecimiento global. La desaceleración del crecimiento en Europa se ha intensificado durante el verano hasta el punto de hacer temer por una nueva recesión, mientras la caída en los precios de los commodities ha deteriorado también las expectativas de los países emergentes exportadores de materias primas. Finalmente, la fuerte subida del dólar ha trasladado esos temores sobre un menor crecimiento a la propia economía norteamericana y a los beneficios de las empresas.

En la mayoría de las ocasiones las correcciones se mantienen por poco tiempo y la recuperación del mercado hace que los temores desaparezcan rápidamente. En alguna ocasión, sin embargo, la narrativa se va reforzando con la aparición de datos que le dan credibilidad y con la propia caída del mercado.

El problema es que es muy difícil, si no imposible, saber de antemano la magnitud de la corrección en que nos encontramos. Impacto de la hipótesis de crecimiento sobre la valoración.

¿Cómo afecta la variación de las expectativas de crecimiento a largo plazo a la valoración de la Bolsa? El valor de las acciones depende de su generación de beneficios futuros. La variación en las previsiones de los beneficios en un año concreto no tiene un gran impacto sobre la valoración. Sin embargo, la variación de las expectativas de crecimiento futuro afecta a los beneficios de todos los años por lo que sí tiene un impacto de cierta importancia sobre la valoración.

Utilicemos un sencillo modelo de valoración del Ibex en base a un descuento de BPAs a perpetuidad. Partimos de las previsiones de los analistas para los BPA de 2014, 2015 y 2016, para asumir a continuación un crecimiento perpetuo del 3% anual. Descontando esos flujos a una tasa del 9% obtenemos un Valor Objetivo para el Ibex sobre los 13.000 puntos para fin de 2014.

Más allá de si esta valoración es o no razonable, calculamos cuánto afectaría a esta valoración una variación en el crecimiento perpetuo de 0,5%. En concreto, si rebajamos el crecimiento del 3% al 2,5% la valoración actual del Ibex bajaría en un 7% aproximadamente.

En consecuencia, podríamos asumir que una explicación a la corrección reciente de las Bolsas mundiales sería reconocer un menor crecimiento potencial de la economía global a largo plazo derivada de la caída de las expectativas de inflación entre otros motivos. Si así fuera, la corrección podría haber tocado fondo para seguir ahora con su tendencia alcista de fondo desde un nivel inferior.

Claro que tratar de explicar todos los movimientos del mercado en base a cambios en las expectativas de crecimiento o de otras hipótesis racionales puede llevarnos sobre-analizar algo que no es sino mero “ruido” estadístico. Es decir, estaríamos confundiendo la volatilidad normal del mercado con continuos cambios estructurales de expectativas que realmente no son tales.

Si observamos la evolución del S&P 500 desde el inicio del actual ciclo alcista en el año 2009, vemos que ha habido muchas correcciones de intensidad variable. En muchas de ellas se ha manejado el temor a una desaceleración/recesión como narrativa explicativa de la misma, pero lo cierto es que el crecimiento de la economía norteamericana se mantiene muy estable en el entorno del 2,5% anual desde hace varios años.

Hasta ahora al menos, esos temores puntuales de los inversores no se han materializado y todas las correcciones pueden interpretarse a posteriori como meras correcciones técnicas que forman parte de la pauta normal de desarrollo de un ciclo alcista.

En el gráfico siguiente hemos trazado unos canales de tendencia que entiendo recogen la tendencia de largo plazo del S&P 500. La pendiente es del 12,4% que considero es una revalorización perfectamente sostenible durante un ciclo alcista de largo plazo.

Dentro de esta tendencia de fondo, sin embargo, pueden producirse correcciones importantes como la que tuvo lugar en 2011 con una caída del 20%. Esa caída también se explicaba por el temor a una recaída en recesión que después no se concretó.

De momento la corrección de las últimas semanas se mantiene dentro de los niveles habituales en los dos últimos años. Una corrección del orden de magnitud de la de 2011 podría llevar al S&P 500 a caer hasta la zona del 1750 o incluso el 1.600 sin poner en cuestión el ciclo alcista. Lógicamente una caída de ese tipo vendría acompañada de un gran pesimismo sobre la economía y de signos de desaceleración que, como sucedió en 2011, no se acabarían confirmando.




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