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Bankia, banca pública y limitaciones políticas

Droblo - Martes, 30 de Agosto

Cuando estalló el lío de Bankia en la primavera de 2012 pocos imaginaron que en pocas semanas provocaría un efecto bola de nieve que llevó a la Eurozona a un punto crítico con la prima de riesgo española por encima de 600 y a la italiana por encima de 500. La tercera y cuarta economía de la Eurozona tenían problemas reales para colocar su deuda. Entonces salió Draghi, hizo su famoso discurso de que él haría lo que fuera necesario y poco a poco todo se fue calmando. En el aspecto político, nuestros socios nos otorgaron un crédito en condiciones bastante ventajosas para aliviar la crisis bancaria que España sufría con unos condicionantes muy claros: la reconversión financiera española, que debió haber empezado en 2008 pero que se fue retrasando y con ello encareciendo, tenía que acabar en 5 años, es decir, en 2017. Y eso incluía que se privatizaran los bancos que en ese momento tenían como su principal accionista al estado. El gobierno español cumplió su compromiso, quizás con demasiada premura, con Nova Caixa Galicia, después con Cataluña Caixa y, aunque vendió algunas acciones, decidió esperar en el caso de Bankia creyendo que una gestión más profesional encarecería su precio y su atractivo para posibles compradores y mientras, iría cobrando dividendos. Hay que decir que el dinero gastado en Bankia, como en las demás, no es racionalmente recuperable y ya está perdido así que lo que se saque vendiendo Bankia, bienvenido sea. Y claro, ahora cotiza a la mitad que hace un año por lo que De Guindos parece que está intentando que Europa amplíe el plazo y esperar mejores momentos antes que “vender a la desesperada” acuciado por la fecha límite. Uno de los motivos por los que la acción de Bankia ha bajado tanto es el tener que asumir parte del coste del fiasco de su OPV aunque no es la principal (toda la banca está pasándolo mal en bolsa desde hace meses) y aquí abro paréntesis porque quiero dar mi opinión:

Hay dos motivos por los que no entiendo una sentencia que obliga a Bankia a devolver el dinero a los minoritarios (menos mal que al menos no incluye a los grandes inversores) que acudieron a su OPV. El primero es por comparación, y es que si se hace con Bankia debería hacerse con todos los que fueron engañados, ¿O es que las cuentas de Gowex, Pescanova o Fórum Filatélico no eran falsas? Si a cada inversor que tomó una decisión basada en engaños se le devolviera lo que invirtió tendría sentido pero si es sólo una excepción “políticamente correcta”, me parece injusta. La segunda razón por la que me cuesta tanto comprender esto es que si yo en lugar de acudir a la OPV hubiera comprado en cuanto empezaron a negociarse las acciones, a los pocos segundos, ¿por qué no tengo derecho a indemnización? Habría sido tan engañado por la compañía, que me hizo creer lo que no era, como el que acudió a la OPV… pero no me pagarían nada. Aun así, en circunstancias normales me alegraría de una sentencia que, la entienda o no, favorece a pequeños inversores y perjudica a una gran empresa pero claro, el principal accionista de esa empresa somos todos los españoles por lo que, una vez más, con los impuestos de todos -y la mayoría nunca fue fuimos accionistas de Bankia-, estamos pagando un error de inversión de unos pocos.

El caso es que si Bankia sigue reportando beneficios y con ello pagando dividendos a sus dueños (y su principal dueño somos todos), tiene sentido intentar una prórroga para venderlo al mejor precio posible mientras el tiempo corre a nuestro favor. Aunque es un riesgo y un crash bursátil siempre puede ocurrir, y más en un sector tan tocado, e incluso que haya que invertir más capital como le ha pasado a la nacionalizada CGD portuguesa hace unos semanas. Por otra parte, puede ocurrir que el nuevo gobierno tenga la tentación de intentar que la UE derogue la condición y así no venderlo nunca y de este modo disponer de un banco comercial público (para grandes proyectos ya existe el ICO) lo que creo sería un error. No por motivos ideológicos ya que en otros países hay banca pública que funciona bien –aunque en ninguna parte es la panacea que algunos creen, si lo fuera se “comería” a su competencia privada y eso no pasa- sino porque en un país donde ningún gobierno ha sido capaz de tener una televisión pública independiente, está claro que utilizaría ese banco en beneficio propio. Y siendo los cargos de gobernador del Banco de España y de responsable de la CNMV, políticos, el descontrol estaría asegurado: una institución financiera en manos de políticos, con la complicidad de supervisores y reguladores nombrados por ellos se parece demasiado al desastre de las cajas de ahorros; acabarían financiándose proyectos pensando en la rentabilidad electoral en lugar de en la financiera y las pérdidas acabaríamos pagándolas todos. En mi opinión primero tenemos que conseguir una eficaz separación de poderes antes de pensar en dar más poder financiero a los políticos. Por cierto, el grupo profesional más frecuente en los Papeles de Panamá…

En cualquier caso, esta obligación de privatizar Bankia es un ejemplo más de lo limitado que va a estar el nuevo gobierno en temas económicos. Si la UE insiste en que cumplamos los objetivos de déficit por ejemplo, cualquier inversión con dinero público que prometen unos o cualquiera bajada de impuestos que prometen los otros, no se podrá hacer. Y ellos lo saben y los votantes deberíamos haber castigado a quienes nos mienten conscientemente a la cara. Pero es una batalla perdida, como bien dice esta famosa viñeta:

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Droblo




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