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Cada vez más inversores creen que pensar es una pérdida de tiempo

Carlos Montero - Martes, 26 de Julio

"¿Qué podría ser más ventajoso en un concurso intelectual - ya se trate de bridge, ajedrez, o de la selección de títulos, que tener oponentes que se les haya enseñado que pensar es malgastar energía?" -Warren Buffett, Berkshire Hathaway, carta a los accionistas de 1985.

Como afirma Jesse Felder, antiguo gestor de Bear Stearns, publicó recientemente en su blog esta cita, añadiendo que nunca ha sido más relevante como lo es hoy en día. Añadía:

Los inversores están acudiendo a estrategias basadas en la idea de que pensar es malgastar la energía, suministrando a otros inversores que no piensan así una ventaja extraordinaria.

En todas partes se encuentran en estos días, artículos u opiniones aconsejando abandonar la “inversión activa” a favor de la “inversión pasiva”.

No hay tal cosa como inversión pasiva. Si aceptamos la definición de Benjamin Graham: Una operación de inversión es aquella que, tras un análisis exhaustivo, se compromete la seguridad del capital en busca de una rentabilidad adecuada. Operaciones que no cumplan estos requisitos son especulativas.

Entonces "inversión pasiva" se convierte en un oxímoron, simplemente porque "pasiva" no permite el tipo de "análisis exhaustivo" que promete la "seguridad del principal" o un "rendimiento adecuado". De hecho, se evita precisamente este tipo de proceso.

Con esto claro, vamos a volver al punto de que “la inversión pasiva” nunca ha sido tan popular como lo es hoy en día. Basta con mirar a la lista de los mayores gestores de dinero del planeta y el tipo de gestión que realizan: BlackRock, Vanguard, State Street, etc. Se asigna más dinero hoy en día a la gestión pasiva que nunca, y por un margen muy alto.

Por otro lado, el traslado del dinero a este tipo de gestión se está acelerando. A pesar que los índices de valores están en zona de máximos, los inversores están abandonando los fondos de gestión activa a la mayor tasa desde el corazón de la crisis financiera, cuando las cotizaciones bursátiles se hundían.

En otras palabras, más inversores están evitando "pensar" por "no pensar" que nunca antes en la historia. Si usted es uno de los pocos inversores “pensantes” que parece haber hoy en día en el mercado, cuenta con una ventaja maravillosa, tal vez la mayor de la historia.




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