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Cortos: del caballo de Atila al efecto chimenea. No canten victoria

Moisés Romero - Miercoles, 02 de Septiembre

"La Bolsa española vive presa, desde hace unos meses, de las posiciones cortas ¿Razones? la caída de los volúmenes de negocio, más acusada en los meses de verano, y el miedo a los diferentes procesos electorales, que culminarán con la convocatoria de elecciones generales. A ello se une un contexto internacional complejo y tenso, con los sucesos en China y la caída de los mercados emergentes, como referencias, que han sustituido a la larga, compleja y difícil negociación de la crisis griega. Elijo una definición al uso, en esta ocasión de Megabolsa: Se denomina ponerse corto en Bolsa a ponerse bajista, a invertir a la baja. La Bolsa sube y baja, se mueve en las dos direcciones. 

Cuando los inversores descuentan que lo peor de una crisis ha pasado, la Bolsa comienza a subir y sigue subiendo mientras los datos económicos apuntan a esa recuperación, de la contracción económica pasamos a un escenario de crecimiento y la Bolsa suele reaccionar con subidas en esta etapa. Las tendencias alcistas y las subidas terminan cuando llegamos a un momento de euforia desmedida, donde la realidad ya no es capaz de cumplir las expectativas y ahí comienza una tendencia bajista, repitiéndose este ciclo eterno década a década...

La Bolsa suele adelantarse como mínimo 6 meses a la economía real, ya que descuenta expectativas.Por lo tanto, no tiene sentido invertir solo en una de las 2 direcciones en las que se mueve el mercado.

Todos entendemos que si esperamos que una acción suba y compramos por ejemplo a 5 euros y vendemos a 6 euros, hemos ganado 1 euro por acción. Si hemos comprado 1.000 acciones, eso supondría 1.000 euros de beneficio. Esta es la manera tradicional de invertir de millones de inversores. Pero también se puede ganar cuando la bolsa cae, abriendo posiciones bajistas/cortas. Y esto lo vienen haciendo los grandes inversores o hedge funds desde hace décadas, pero en los últimos años comienza a ser habitual que los pequeños inversores también busquen productos para ganar si la Bolsa cae.

Si prevemos que una acción caiga, podemos vender primero -sin ser previamente poseedores de la acción- para intentar comprar más barato. Es decir el proceso sería exactamente el contrario al explicado anteriormente. Vendemos a 6 euros y compramos a 5 euros, hemos ganado 1 euro por acción. Si hemos vendido 1.000 acciones, eso supondría 1.000 euros de beneficio. Este tipo de operaciones bajistas se pueden hacer con numerosos productos como con el préstamo de acciones -pidiendo prestadas las acciones pagando un pequeño interés para así poder venderlas y recomprarlas posteriormente al cerrar la posición-, con los CFDs o a través de productos derivados más complejos como los futuros, las opciones, los ETF inversos o los warrants.

En este sentido los más sencillos de comprender y que más rápido se están extendiendo son los CFDs. Con gran tradición ya en países  anglosajones como Reino Unido, cada vez más inversores españoles utilizan este producto donde el inversor puede posicionarse tanto al alza como a la baja. El riesgo en este tipo de productos es el mismo que comprando acciones, y es que el producto donde invirtamos haga lo contrario a lo que esperamos y saber controlar el apalancamiento de los productos derivados...

"Pero no canten victoria tan rápidamente, porque nada es sencillo en el mundo de la inversión y de la Bolsa. A diferencia de otros fenómenos, las posiciones cortas, verdadero caballo de Atila de la Bolsa española y de otros mercados (recordemos que en etapas difíciles de esta Gran Crisis fueron suspendidas de manera temporal en muchos mercados) deben ser recompradas, lo que, con frecuencia, provoca el efecto chimenea, que no es otra cosa, que fuertes alzas directamente proporcionales, incluso superiores, a las bajas previas.."

(De la conversación mantenida con uno de los grandes especuladores del mercado nacional)

Fuente El País

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Moisés Romero




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