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Cuenta atrás para una oportunidad perdida de la economía europea

Paul Taylor - Martes, 25 de Noviembre

La cuenta atrás ha comenzado para lo que se presagia como una oportunidad perdida de reavivar la estancada economía de Europa.

Cuando los líderes de la Unión Europea se reúnan el 18 y 19 de diciembre bajo una nueva gestión, tendrán la oportunidad de lanzar un asalto conjunto al estancamiento económico y elevado desempleo que están alimentando el desencanto y protestas de votantes contra la UE.

Todas las señales apuntan a que no lo conseguirán.

Las 18 naciones de la zona euro están luchando por librarse de las secuelas de su crisis de deuda, agravadas por el impacto económico de su alejamiento de Rusia por Ucrania.

La inflación y el crecimiento están por debajo del 1 por ciento, mientras que el desempleo está clavado en el 11,5 por ciento y países como España y Grecia tienen tasas que duplican ese nivel. Hasta Alemania, la locomotora de la UE, ha tenido una ralentización.

El ex secretario del Tesoro estadounidense Larry Summers dice que Europa se arriesga a "un estancamiento secular", un bajón de largo plazo que se autoperpetúa similar al que sucedió a la Gran Depresión en la década de 1930.

La economía francesa está moribunda, Italia ha vuelto a entrar en recesión y ambos países no están consiguiendo reducir ni sus déficit presupuestarios ni su deuda según las normas de la UE, causando tensión con Bruselas y Berlín.

"Sin empleos ni crecimiento, la idea europea en sí misma está en peligro", dijo la semana pasada el saliente presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Su sucesor, el polaco Donald Tusk tendrá la tarea de intentar formar un acuerdo a nivel de cumbre sobre un nuevo mix de política económica.

El presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi marcó la agenda para lo que podría ser un "New Deal" para Europa en un discurso pronunciado ante banqueros centrales en Jackson Hole, Wyoming, el pasado agosto.

Éste pidió una combinación de medidas presupuestarias para impulsar la demanda, una mayor inversión pública y reformas económicas estructurales que favorezcan el crecimiento junto con estímulo monetario por parte del BCE.

Draghi subrayó la escala del desafío el viernes, pintando una perspectiva sombría y comprometiéndose a actuar "tan rápido como sea posible para combatir la baja inflación.

A pesar de la muestra de unidad dada este mes, Draghi está luchando para superar la oposición liderada por el jefe del Bundesbank alemán Jens Weidmann a medidas más osadas como la compra de bonos públicos, lo que se conoce como alivio cuantitativo ("quantitative easing" en inglés)

"Lo que Draghi necesita es un acuerdo ambicioso en la cumbre sobre inversión y un compromiso de reformas coordinadas y normas fiscales más sólidas a fin de tener cobertura política para pasar al alivio cuantitativo", dijo un alto funcionario de la UE, en alusión a la política de compras de activos a gran escala por parte del banco central.

"Pero existe el riesgo de que la cumbre sea una decepción".

"DINERO DE MENTIRA"

El nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha prometido un programa de inversión de 300.000 millones de euros en obras públicas como transporte, energía y redes digitales.

Pero se espera que éste se dedique mayormente a reciclar el actual presupuesto de la UE y los fondos del Banco Europeo de Inversión y que apenas haya nuevo dinero público.

El ministro de Economía francés Emmanuel Macron dijo la semana pasada que un programa de inversión basado en "dinero de mentira" sin al menos 80.000 millones de euros en nuevo "dinero real" correría el riesgo de decepcionar. (Editado por Mike Peacock y Sophie Walker, traducción de Jose Elías Rodríguez)

 




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