La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“El inversor nacional cada vez pinta menos en la Bolsa española. Es una figura testimonial…”

Mar Revuelta - Martes, 23 de Septiembre

bolsaLa inversión extranjera ha acelerado el ritmo y se ha posicionado fuerte en sectores básicos de la economía española. La Bolsa es uno de ellos: más del 80% del volumen negociado en la Bolsa procede de inversores no residentes, mientras que el 40% de las acciones cotizadas están en las carteras de los capitales extranjeros. El dinero exterior que llega a nuestro mercado se canaliza, de manera principal, a través de fondos de inversión. Los fondos de inversión se han convertido en los amos del cotarro. A finales de 2013, el patrimonio bajo gestión de los fondos de inversión en todo el mundo se situó en 22,1 billones de euros, y el de los fondos de pensiones, en 18,1 billones. Entre ambos manejan un patrimonio de 40,2 billones, equivalente al 75,5% del PIB mundial. Se trata de un 31% más del dinero que acumulaban antes del estallido de la crisis en 2007, según la Asociación Internacional de Fondos de Inversión (IIFA, por sus siglas en inglés). La importancia de estas cifras cobra fuerza al compararlas con la capitalización bursátil de todas las empresas cotizadas del planeta (41,6 billones, según los datos de agosto pasado de la Federación Internacional de Bolsas) y con el saldo vivo mundial de renta fija, pública y privada, que suponía a junio pasado 65,1 billones, de acuerdo con las cifras del Banco Internacional de Pagos.

“Esto quiere decir que la inversión institucional supone más del 37% de la capitalización total de la renta fija y de la variable del mundo y una cifra mucho más relevante en el volumen de negociación de los mercados”, subrayan en Inverco. La distribución mundial del patrimonio de los fondos en diciembre pasado era la siguiente: las acciones representan el 44,8% del total (tres puntos porcentuales más que un año antes), la renta fija acapara el 25,7% del dinero, y las estrategias mixtas, el 12,2%, según datos del IIFA.

En la Bolsa española, BlackRock es el más poderoso. Es uno de los principales accionistas del Banco Santander, BBVA y Telefónica, y sus paquetes de acciones en empresas del Ibex 35 tienen un valor de mercado de 10.789 millones, según cálculos elaborados por El País a partir de los datos de la CNMV y Bloomberg. El segundo inversor institucional del mercado español es el fondo de pensiones noruego (Norges Bank), con una inversión en el Ibex de más de 7.000 millones. El tercer puesto en el ranking corresponde a otro de los portaaviones de la inversión colectiva como es la gestora estadounidense Vanguard (5.540 millones). El valor de mercado conjunto de las participaciones de las 10 mayores gestoras en empresas del selectivo se sitúa en 36.000 millones, más del 8% de la capitalización del índice.

Dentro de los fondos los hay con un interés eepcial. Son los fondos soberanos. Los vehículos de inversión creados por países ricos en materias primas o con superávit fiscal, bautizados en la jerga bursátil como fondos soberanos, han ganado gran peso en el mercado durante los últimos años. Estos fondos tienen una política de inversión a largo plazo y destinan su dinero tanto a deuda (pública y privada) como a renta variable o activos inmobiliarios. Mirados con recelo hasta hace poco en Occidente por su opacidad y su carácter estatal, los sovereing wealth funds son ahora cortejados por empresarios y gobernantes por su abundante liquidez. En 2012, la base de datos del Sovereign Wealth Center recogió 202 inversiones directas públicas de 21 fondos soberanos, por un valor total declarado de 40.000 millones de euros (la mitad de estas inversiones las realizaron en Europa), y los activos bajo gestión de los 20 mayores fondos ascendían a 3,8 billones.

“Los fondos están reorientando masivamente sus estrategias de inversión. Buscan, cada vez más, inversiones estratégicas en grupos industriales y, en particular, tecnológicos y de telecomunicaciones. Se trata de inversores cada vez más sofisticados”, subraya el último informe de Esade sobre el sector. En España, los fondos soberanos son cada vez más activos, especialmente en el sector energético. Temasek (Singapur) tiene el 6,29% de Repsol; Qatar Holdings controla el 6,1% de las acciones de Iberdrola; IPIC (Abu Dabi) se ha hecho con el control de Cepsa, y el grupo estatal chino HNA acapara el 24% del capital de NH Hoteles, entre otras operaciones.

Noruega tiene el mayor fondo soberano del mundo. El fondo trata de rentabilizar el dinero que el Gobierno obtiene con el petróleo para contribuir a la sostenibilidad del Estado de bienestar. Los últimos datos disponibles señalan que este vehículo, gestionado por Norges Bank Investment Management (NBIM), acumula activos por valor superior al medio billón de euros. De acuerdo con los últimos datos facilitados, el fondo noruego tiene acciones de 70 compañías españolas cotizadas. Entre las participaciones más destacadas están: Banco Santander (2% del capital), BBVA (2%), Repsol (1,19%), Iberdrola (1,7%) y Telefónica (2,15%). Tras Noruega, los mayores fondos soberanos son los de Arabia Saudí, China, Emiratos Árabes, Kuwait y Singapur

Y dentro de este nuevo reparto de poder en las Bolsas destaca la Alte Tecnología. La tecnología aplicada a potentes ordenadores y el uso de algoritmos permiten que en los mercados financieros haya margen para realizar hasta 40.000 operaciones en lo que dura un parpadeo. La intermediación en Bolsa es cada vez menos humana. Los autómatas están ganando la partida en la contratación bursátil, ya que pueden escupir miles de órdenes de compra y venta en microsegundos. Este tipo de negociación, conocida como high frequency trading (HFT) o negociación de alta frecuencia realiza ya el 51% de las operaciones en la Bolsa estadounidense y el 39% en la europea, según datos de la consultora Tabb Group. La presencia de los robots inversores también ha llegado al mercado de deuda y divisas, mientras que en algunos mercados de futuros acaparan casi la mitad del volumen de negociación.

O lo que es lo mismo, el inversor español no pinta nada en la Bolsa española. Es una figura testimonial




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