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El viento que impulsa los mercados financieros y la economía amaina: las velas se deshinchan

Julius Baer - Martes, 01 de Diciembre

Se observa actualmente una clara divergencia cíclica entre los mercados desarrollados y emergentes, y este hecho dificultará el crecimiento económico mundial. En contraste con el año 2015, en 2016 los expertos de Bank Julius Baer no esperan la llegada de vientos favorables procedentes de los bajos precios de las materias primas y los estímulos monetarios, y eso hará que la economía mundial sea más vulnerable a los golpes externos, lo que, a su vez, lastra las perspectivas de rentabilidad de los mercados. Sin embargo, no hay razones para que los inversores se apresuren a plegar velas, ya que las perspectivas del consumo interno en las economías desarrolladas ofrecen atractivas oportunidades de inversión. A tenor de la exposición internacional de muchas empresas suizas, en general los inversores suizos pueden seguir concentrando sus inversiones en el mercado interno. Las dos grandes excepciones son las inversiones en alta tecnología y en mercados genuinamente emergentes, siendo esta última un área donde los expertos de Julius Baer esperan encontrar puntos de entrada atractivos durante 2016.

La economía mundial se prevé que crezca a una tasa moderada del 3,1 % en 2016, en sintonía con su evolución este año. Sin embargo, estas perspectivas aparentemente estables ocultan una brecha entre las tendencias predominantemente positivas en las economías desarrolladas y la desaceleración general en las tasas de crecimiento de la mayor parte de los principales mercados emergentes. «Esta marcada divergencia cíclica plantea un grave riesgo económico y deflacionista en todo el mundo para el que no existe un remedio obvio, ya que el margen que ofrecen las medidas de política monetaria está prácticamente agotado y los precios de las materias primas ya se encuentran en niveles bajos», alerta Janwillem Acket, economista jefe de Bank Julius Baer.

 

El consumo interno de los mercados desarrollados sostendrá la economía mundial

La confianza de Bank Julius Baer en la economía en 2016 radica en sus perspectivas para el consumo privado en las grandes economías desarrolladas del mundo, EE. UU., Europa y Japón, que se están beneficiando del aumento del poder adquisitivo de los consumidores y el descenso de las tasas de desempleo. El ciclo alcista en EE. UU. entrará en su séptimo año en 2016 y ya ha dejado atrás su punto álgido. Por el contrario, la recuperación de la zona euro apenas tiene tres años de vida y todavía le queda recorrido. Los fuertes niveles de demanda resultantes están ayudando a los exportadores suizos a capear las tensiones en los precios provocadas por la fortaleza del franco suizo. De hecho, comparado con el dólar estadounidense, que ahora está fuerte, el franco suizo está ligeramente infravalorado actualmente, lo que debería impulsar las exportaciones suizas a la zona del dólar. En este contexto, en 2016 deberíamos ver una recuperación de la economía de Suiza frente al revés cíclico derivado de la repentina apreciación de su divisa a comienzos de año.

 

Los riesgos deflacionistas persisten y los peligros acechan en los mercados emergentes

Aunque prevén que el crecimiento total en el conjunto de los mercados emergentes será decepcionante, los expertos de Bank Julius Baer siguen confiando en las perspectivas de los dos mayores mercados emergentes: China y la India. China se enfrenta ahora a una nueva realidad. En un futuro próximo, necesitará adaptarse a unos objetivos de crecimiento anual considerablemente más bajos que el ambicioso 6,5 % que fija su nuevo Plan Quinquenal para el periodo 2016-2020. Los dos gigantes asiáticos son grandes importadores de materias primas y seguirán beneficiándose de los bajos precios de estos productos. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en 2014 y 2015, es poco probable que la economía mundial reciba un gran impulso adicional de la caída de las materias primas el próximo año. Lo mismo ocurre con la política monetaria. A pesar de los nuevos recortes en los tipos de referencia en China y la India, los tipos de interés reales en todos los mercados emergentes —a diferencia de las economías desarrolladas— siguen estando relativamente altos y, por tanto, constriñen el crecimiento. En general, la liquidez está cada vez más restringida en las economías emergentes con déficits en sus balanzas de pagos. Y dado que el ciclo crediticio está bastante avanzado en muchas de esas economías, no se pueden descartar perturbaciones.

 

 

No hay motivos para plegar velas

Cinco años de crecimiento deflacionista han empujado a las bolsas hasta nuevos máximos y, al mismo tiempo, han reducido los tipos de interés hasta mínimos históricos y, en algunos casos, por debajo del cero. A la vista de que las previsiones apuntan a un clima económico menos benigno en el futuro, las oportunidades de conseguir rentabilidad que ofrecen las inversiones financieras son inferiores a sus medias a largo plazo. A pesar de ello, Christian Gattiker, estratega jefe y responsable del Departamento de Análisis en Bank Julius Baer, recomienda no perder la perspectiva: «La rentabilidad prevista a medio plazo de las acciones está en el entorno del 5% y los bonos ofrecen rendimientos positivos en términos reales, por lo que no hay razones todavía para salir completamente de las inversiones financieras, sobre todo porque las alzas de los precios se han dado prácticamente en todos los activos reales, desde las subastas de arte hasta los traspasos de futbolistas. Lo único que nos sigue faltando es un abanico de alternativas atractivas».

 

Sobreponderar la orientación al mercado interno en la zona euro

Dentro de la zona euro, la selección de países sigue siendo más importante que la asignación sectorial, tal y como se observa al medir los diferenciales entre las desviaciones típicas de los países europeos y las desviaciones típicas de los sectores europeos. Nos centramos en países orientados al mercado interno, como Francia, Italia o España, que en el entorno actual son los que más deberían beneficiarse de la recuperación en marcha. Mantenemos nuestra apuesta por la periferia de la zona euro y consideramos que Italia y España son las oportunidades de inversión más adecuadas en este sentido. Barajamos la posibilidad de que el euro se revalorice, por lo que los mercados periféricos con una exposición interna elevada deberían batir a los mercados con una orientación internacional más marcada. Además, esperamos que la recuperación económica de España continúe y que el crecimiento de su PIB se sitúe claramente por encima de las cifras totales de la zona euro. Entre los factores positivos adicionales en este mercado, cabe destacar el elevado peso del sector financiero, con más de un 40% (lo mismo ocurre en Italia), lo que debería ser favorable para los mercados periféricos. Y por último, pero no menos importante: las valoraciones se mantienen en niveles razonables. Un factor a tener en cuenta son los acontecimientos políticos tras las elecciones generales del 20 de diciembre, a tenor de la posibilidad de que se pase de un sistema bipartidista a otro multipartidista.




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