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Es difícil justificar una valoración tan deprimida del IBEX en un entorno aparentemente positivo como el actual

Nicolás López/M&G Valores - Sabado, 24 de Febrero

En los últimos trimestres se ha producido una aceleración del crecimiento en los países desarrollados después de varios años de crecimiento débil e inflación baja. EEUU y Europa están creciendo a tasas cercanas al 3% cuando su crecimiento potencial a largo plazo es del 2% en EEUU e inferior en Europa. Una forma de interpretar los movimientos recientes del mercado sería en clave de cambio estructural: dejamos atrás un período caracterizado por el crecimiento débil, los riesgos deflacionistas y los estímulos monetarios, y nos adentramos en una fase de mayor crecimiento sostenido, riesgos inflacionistas a medio plazo y políticas monetarias más restrictivas. En Europa parece un poco prematuro pensar en un escenario así pero en EEUU tiene cierto sentido. La fuerte subida de la Bolsa americana en los últimos meses y el repunte moderado de las rentabilidades a largo plazo son sin duda compatibles con ese escenario. Se trata en principio de un escenario favorable para la Bolsa y así lo ha interpretado el mercado en los meses recientes. El riesgo a medio plazo es que nos adentramos en una fase más madura del ciclo que eventualmente podría dar lugar a un sobrecalentamiento de la economía y finalmente a una recesión. No es algo que se vea en el horizonte pero es posible que a partir de ahora la preocupación del mercado deje de ser el crecimiento débil y en su lugar lo sea el riesgo de fin de ciclo.

En este escenario la reciente caída de la bolsa americana sería en parte una simple toma de beneficios tras las subidas de los últimos meses y en parte un proceso de rotación sectorial para adaptarse al supuesto nuevo escenario. Los sectores sensibles  a tipos de interés (Utilities, Telecos, Inmobiliarias…) están sufriendo más mientras que sectores más ligados al crecimiento y al ciclo económico, con la tecnología a la cabeza, están saliendo reforzados. De momento no se aprecia ningún indicio de recesión ni de crisis financiera que pudiera implicar un proceso bajista de gran magnitud. La corrección puede verse por tanto como un ajuste de valoraciones desde niveles de PER de 19x, históricamente elevados, hacia niveles más cercanos a su medio histórica de 16x. Hablar de un simple ajuste de valoración es lo mismo que hablar de una corrección “técnica”.

El PER del Ibex ha caído a los niveles mínimos del Brexit. Es difícil justificar una valoración tan deprimida en un entorno aparentemente positivo como el actual.

Las previsiones del Ibex para 2018 y 2019 se han revisado ligeramente a la baja pero siguen anticipando crecimientos del 10% y 7,5% respectivamente.

Con los beneficios previstos y aplicando un PER de 14x el objetivo teórico del Ibex a finales de 2018 sería el 11.650.




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