La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Flujos migratorios en España

Redacción - Martes, 30 de Septiembre

Resumen de un artículo del BOS incluido en su último Informe mensual...Durante el período 2000-2007 España recibió unos flujos migratorios muy elevados, que, en promedio, representaron unas entradas anuales de inmigrantes del 1,4 % de la población nacional. Estas entradas elevaron la proporción de ciudadanos extranjeros hasta cerca de 12 % y se reflejaron en importantes cambios en la composición de la fuerza laboral por edad y nivel educativo. La crisis que se inició en 2008, y su fuerte impacto sobre el mercado de trabajo, con una pérdida acumulada de empleo desde entonces superior al 18 %, ha producido un cambio drástico en los flujos migratorios, que se han concretado sobre todo en un aumento notable de las salidas de extranjeros residentes en España. Así, según la Estadística de Migraciones, se han registrado saldos migratorios negativos desde 2010 y el número de salidas fue superior al medio millón de personas en 2013.

Con la llegada de la crisis, el saldo migratorio de la economía española ha cambiado radicalmente.
Si, con anterioridad, España destacaba por recibir unos flujos de inmigración
muy elevados, que llegaron a alcanzar alrededor del 2 % de la población total en un solo
año, desde 2010 el saldo migratorio se ha vuelto negativo y en 2013 el número de emigrantes
ha superado el medio millón de personas. Hasta la fecha, la mayor parte de estas
salidas de población (en torno al 85 %) están protagonizadas por extranjeros residentes en
España, si bien los españoles muestran una propensión creciente a emigrar en el período
más reciente y parecen responder de manera similar a los factores que influyen en la emigración
de los extranjeros (tasas de desempleo en la región de origen y en el país de
destino). De este modo, los reducidos niveles de los flujos de salida de españoles que se
observan desde el inicio de la crisis vendrían explicados por los mayores costes de movilidad
y la ausencia de los llamados «efectos de red de acogida». La composición por niveles
de educación de estos flujos de emigración, inicialmente dominada por personas de niveles
educativos altos, estaría cambiando recientemente, al aumentar el peso de los grupos
de niveles educativos más bajos, reflejando, probablemente, el mayor impacto de la crisis
sobre estos colectivos de trabajadores.
En lo que respecta tanto al tamaño como a la composición de la población activa por nivel
educativo, el cambio de signo del saldo migratorio puede tener implicaciones relevantes.
En concreto, la persistencia de flujos importantes de emigración podría llegar a tener un
efecto significativo sobre el crecimiento potencial de la economía española, lo que enfatiza
la necesidad de maximizar los esfuerzos encaminados a reducir la elevada tasa de paro,
así como a propiciar un marco laboral que facilite el regreso futuro de las personas que
han emigrado durante la crisis.



En términos de la composición por nacionalidad
de estos flujos de entrada, los principales orígenes durante el período de expansión fueron
los países europeos, seguidos de cerca por los latinoamericanos (en su mayoría, peruanos
y bolivianos) y por los africanos (en su mayoría, marroquíes).
El comienzo de la crisis en 2008 frenó esta tendencia creciente de los flujos de inmigración
a España, aunque se han mantenido en unos niveles aun relativamente elevados (en torno a
500.000 personas en 2009, hasta reducirse hasta las 342.000 entradas según los últimos
datos disponibles referidos a 2013). La Estadística de Migraciones presenta un perfil similar
desde el inicio de la crisis, aunque muestra un nivel de entradas de inmigrantes algo
inferior: 290.000 entradas en 2013. Por nacionalidades, se produjo un descenso apreciable
del porcentaje de europeos en la primera fase de la crisis (2008-2009), aunque posteriormente
han recuperado el peso relativo que se observaba previamente.
Los flujos migratorios de salida de España se mantuvieron en niveles muy moderados en
la primera mitad de la década de los años 2000, para comenzar a mostrar un aumento a
partir de 2006, hasta superar las 300.000 personas en 2009 y situarse sobre las 450.000 personas
en 2013, según la Estadística de Variaciones Residenciales. La Estadística de Migraciones,
que complementa los datos de la anterior con fuentes adicionales de información,
muestra un perfil similar desde el inicio de la crisis, aunque con un nivel superior en
todos los años, hasta alcanzar las 547.890 personas en 2013, el 1,2 % de la población total
a 1 de enero de 2014. Este aumento de las salidas hacia el extranjero, unido a la desaceleración
observada en las entradas, ha provocado un saldo migratorio negativo desde el
año 2010, que se elevó hasta las 256.849 personas en 2013, de acuerdo con las cifras de
la Estadística de Migraciones. El notable aumento de los flujos de salida de población se
concentra, fundamentalmente, en la población extranjera. De hecho, alrededor del 85 %
de los flujos de emigración está compuesto por extranjeros. En todo caso, a pesar de su
aún reducida cuantía, las salidas de población española nacida en España se ha más que
doblado a lo largo de la crisis, desde unas 25.500 personas en 2008 hasta las 52.160 estimadas
para 2013.

La mayoría de los emigrantes de nacionalidad extranjera que salen de
España son europeos y sudamericanos. En cuanto a los españoles nacidos en España, la
mayor parte de los que emigran lo hacen a países europeos, seguidos de países americanos.
Un mayor detalle del destino de salida de estos emigrantes españoles permite apreciar
que ha aumentado la proporción de los flujos de salida de españoles nacidos en España
hacia Europa (principalmente, a Alemania y Reino Unido) y hacia Estados Unidos. En
cuanto a otras características, cabe resaltar que los varones son más propensos a emigrar,
independientemente de su nacionalidad, aunque especialmente en el caso de los
extranjeros. Por grupos de edad, las salidas de los extranjeros están más sesgadas hacia
los trabajadores de mayor edad que las entradas correspondientes, mientras que, en el
caso de los españoles nacidos en España, los emigrantes son mucho más jóvenes que los
inmigrantes. Esta diferencia podría estar reflejando que una gran parte de las salidas de
los extranjeros representa un movimiento migratorio de retorno a su país de origen, mientras
que las salidas de españoles tienden a ser el primer movimiento a otro país. Por último,
la distribución educativa de las salidas de los españoles está sesgada hacia los grupos
más educados, pero su peso todavía se encuentra por debajo del nivel educativo de
las entradas correspondientes.


José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España




[Volver]