La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Por qué se desacelera Europa

José Luis Martínez Campuzano - Sabado, 24 de Septiembre Seguro que ante una cuestión de este tipo las autoridades europeas de forma inmediata responderían que "no más que el resto de las economías internacionales". Algún Gobierno, incluso, aludiría que era casi deseable considerando el insostenible crecimiento alcanzado a principios del año. Claro, me refiero al Gobierno alemán. Otro, por el contrario, defendería a capa y espada que el crecimiento se mantiene al mismo ritmo que el inmediato reciente. Confundiendo el deseo con la realidad, una vez más. No digo nombre. En este caso la explicación es clara: "no toca hablar de desaceleración". El Presidente del ECB inquirido tras la reciente reunión del Eurogrupo sólo ha confirmado que se trata de una moderación debida a una multitud de factores. No los ha concretado. Algún ministro de economía, por el contrario, se ha apresurado a decir que "los otros están mucho peor". No me consuela. El ECB incluye en su último Informe Mensual un breve análisis con el sugerente título: "la reciente desaceleración en el crecimiento económico en la zona Euro". La brevedad siempre es deseable cuando damos malas noticias. Pero, de nuevo, se percibe en la ordenación de las razones de la desaceleración un cierto sesgo a matizar la Crisis de deuda soberana. Nada que ver con la "fase peligrosa" en el crecimiento a la que según la Directora Gerente del FMI nos ha llevado. El resto, la restricción de crédito de las entidades financieras apenas es mencionado en el análisis de la autoridad monetaria europea. Comienza el análisis del ECB reconociendo la sustancial desaceleración de la recuperación económica europea afectando a todos los sectores y siendo generalizada en el área. Dos factores son considerados, en general, como responsables de la moderación en el crecimiento en una fase de recuperación. Por un lado, los problemas de oferta ante una recuperación demasiado rápida de la demanda. No es el caso. También, la ausencia de una recuperación rápida de la demanda acumulada durante la recesión. ¿Contradictorios en nuestro caso?. No hay respuesta. La autoridad monetaria pasa después a concretar los factores de la desaceleración económica mundial, eso sí admite que en Europa fue anterior. Desde el Terremoto de Japón, la fuerte subida de los precios exteriores en especial de los precios del crudo, el desapalancamiento de la deuda acumulada en los últimos años y el debate político en USA sobre el techo de la deuda pública. ¿Echan en falta algo? Seguro que las autoridades internacionales sí. El ECB también alude a factores domésticos, desde el excesivo crecimiento observado a principios del año, el final de estímulos fiscales en algunos países y al final también señala al "elevado nivel de incertidumbre desde la crisis de deuda soberana en algunos países que ha podido afectar al conjunto a través de adversos efectos de confianza e incremento en la incertidumbre económica". El texto finaliza con un mensaje optimista: "de cualquier forma, el deterioro en los actuales niveles de actividad son consistentes con la continuidad de un modesto crecimiento". Explícitamente se rechaza la probabilidad de una recesión, determinada por dos o más tasas trimestrales de crecimiento negativas. ¡Mal vamos para resolver la actual fase de desaceleración económica si no conocemos bien sus razones!. O no las sabemos ordenar por importancia, que mejor parece el caso. Sigo pensando que este ejercicio se ha caracterizado por la acumulación de imponderables que cuestionan cualquier escenario de crecimiento. Dejando al margen terremotos (Chile y Japón) o la subida de los precios externos (emergentes), lo cierto es que en los últimos días crece el tono de crítica desde el mundo académico hacia la clase política ante la deficiente gestión de las diferentes crisis a las que nos enfrentamos. Desde Estados Unidos hasta Europa, sin olvidarnos de Japón. Ese factor político que hay implícito en la Crisis actual (aunque yo sigo pensando que la actual es la continuación de la Gran Crisis) también cuestiona un escenario de superación rápida. Aunque, por otro lado, no sería la primera vez que los políticos nos sorprenden ante decisiones drásticas en momentos límite. ¿Hemos llegado a esta situación? viendo el resultado del Ecofin del fin de semana pasado, no lo parece. Mientras, en Japón se sigue discutiendo sobre la financiación de la reconstrucción sin concretar medidas. Y en USA los planes de expansión del actual Gobierno son contestados y matizados de forma inmediata por la oposición republicana dueña en gran parte del margen de maniobra para tomar medidas. ¿Qué queda de todo esto? Pues los bancos centrales. Pero, si debo admitir que son eficientes para desacelerar la economía no lo son tanto para lograr una expansión continuada. Pero, sí pueden empujar al alza los mercados. Aunque la liquidez no es la solución a nuestros problemas. Pero, ¿realmente hay solución a corto plazo? Naturalmente, solución factible. El resto, los deseos, los aplazaremos hasta Navidad. José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España


[Volver]