EXCLUSIVA: De cómo Alemania arruinó en 1923 a miles de inversores y cómo lo explicó Banesto

Moisés Romero - Miercoles, 26 de Diciembre

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Para los incrédulos y los que acaban de llegar; para los que han amasado fortunas en Bolsa y para quienes han perdido hasta la camisa; para los que compraron preferentes sin saber lo que compraban y para los que las compraron llevados por la codicia de unos tipos de interés fuera de lugar; para los que niegan que los Estados pueden quebrar y para los que están convencidos de ello; para los que apuestan por las quitas (de quitar) a modo de lo que ha hecho Grecia y para los que dicen que eso es imposible; para los que dicen que la cultura financiera de bancos y banqueros es exquisita y para los que sostienen que ni cultura ni gaitas en las cosas de las finanzas y mercados por parte de las redes de bancos y cajas; para unos y otros, para todos en general, dos documentos exclusivos que me ha prestado mi octogenario amigo Antonio Castelo Fernández, ex Banco Urquijo y algunas ex-firmas financieras de prestigio más. Documentos remarcados con su particular visión de la jugada. Sólo el título y la entrada de estas líneas son mías. Por cierto, lean despacio la misiva que envía el director de una oficina de Banesto a un cliente arruinado. En estas cosas, el tiempo se ha detenido.

 

 

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Moisés Romero

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