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Bancos, el BCE suaviza las exigencias de provisiones para créditos impagados por el coronavirus. Advierte sobre los dividendos

Redacción - Sabado, 21 de Marzo

Una de cal y otra de arena. El BCE ha señalado en un comunicado que será flexible y menos exigente que las provisiones que deben hacer los bancos en los créditos impagados a causa de la pandemia y en las hipotecas para las que se solicite la moratoria. Las entidades, según la regulación bancaria actual, deben provisionar los préstamos desde el momento que ven la posibilidad de que los clientes dejen de abonarlos. Además, a los tres meses de impago, deben dotar el crédito al completo. Sin embargo, en estas circunstancias excepcionales, el BCE será flexible ante estas dotaciones para no dañar la solvencia de las entidades y para garantizar que la banca no cerrará el grifo de la financiación a familias ni empresas en un momento de necesidad de liquidez por el shock de la pandemia.

"Los préstamos que se conviertan en morosos bajo la situación de moratoria pública se beneficiarán de un tratamiento prudencial preferente en cuanto a las expectativas de supervisión sobre de las pérdidas", aseveró el organismo. El BCE mostró su apoyo a todas las medidas tomadas por los Gobiernos de distintos países para paliar la crisis que está dejando y dejará el coronavirus.

Asimismo, respecto a los NPL (término en el argot financiero para los créditos dudosos, por sus siglas en inglés) señaló que también va a rebajar las exigencias que en la actualidad, y desde la crisis financiera, viene realizamdo a la banca para que limpien lo antes posible de sus balances estos préstamos.

Por otro lado, el BCE también hizo una recomendación a las entidades sobre el reparto de dividendos en una situación tan compleja como la actual. "No exigimos a los bancos que suspendan o reduzcan la distribución de dividendos o las recompras, pero esperamos que las entidades adopten decisiones prudentes a la luz del deterioro de las perspectivas económicas", indicó el supervisor. De este modo llama a ser prudente con el reparto de dividendos a los accionistas con el objetivo de retener ese dicho capital para reforzar al máximo la solvencia de las entidades.

El BCE también va a rebajar la exigencia en la consecución de los objetivos de reducción de mora en los que venía trabajando con los bancos. E igualmente pospondrá seis meses el cumplimiento de las mejoras que en los últimos meses haya solicitado a las entidades como consecuencia de su habitual proceso de supervisión (SREP), la revisión de los modelos internos (TRIM) u otras deficiencias detectadas durante labores de inspección.

Por otra parte, se flexibilizará la aplicación de las normas internacionales de provisiones (IFRS9), que se basan en proyecciones macroeconómicas. El BCE argumenta que el actual escenario económico está sometido a mucha incertidumbre y que la aplicación de la IFRS9 impulsaría la prociclicidad.

La medida sobre coberturas se suma a la relajación de los requerimientos de capital y liquidez que los supervisores ya acordaron la semana pasada. El BCE ha cifrado ahora en 120.000 millones la liberación de fondos propios que se derivarán de esa menor exigencia.

Estos, recursos, ha avisado el BCE, deberán destinarse a cubrir pérdidas por impagos o a la concesión de créditos a particulares y empresas con necesidades de liquidez. El volumen de crédito que podría llegar a la economía con ese capital se eleva a 1,8 billones de euros, según ha precisado el BCE por hasta 1,8 billones de euros.




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