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Santiago Niño Becerra - Martes, 10 de Noviembre

Hace unos días recibí un mail:

“Leyendo su contribución en ”La Carta de la Bolsa”  no puedo dejar de preguntarme qué consecuencias tendrá esta supuesta tercera etapa de la crisis para la gente de a pie que vive de su escaso trabajo. Mis padres, por ejemplo, con 55 años tienen dificultades para encontrar trabajo. ¿Tenemos que esperar más desempleo aún? ¿Puede esa generación contar con pensiones? La mía está claro que no, pero las pensiones de personas que ya han cotizado entre 20 y 30 años se suponía que no estaban en cuestión, ¿o piensa que también?

Más recortes se esperan de todas formas por la obligatoria reducción del déficit, pero ¿agravará esta crisis aún más la situación de baja recaudación y gasto público?”

Mi respuesta fue:

“Como Ud. sabe hoy se están pagando las pensiones en su totalidad recurriendo a la caja de reserva, y se estima que, al ritmo actual, queda caja para 3 / 3,5 años. Hasta que llegue ese momento pienso que, a no ser por imposición de Bruselas, no se actuará porque actuaciones a ese nivel implican cosas que restan votos y molestan a la ciudadanía; cuando llegue el momento tendrán que hacerse cosas. Aumentar los ingresos vía mejora de las cotizaciones no lo veo porque los salarios tienden a mantener su nivel actual o a bajar; crear un impuesto específico tampoco lo veo porque eso resta renta; por lo que lo más rápido es reducir pensiones. Ya están corriendo por Internet cálculos de reducción suficientes para mantener la ‘viabilidad’ del sistema, y se está hablando del 20% de media (0% las más bajas y hasta el 30% las más elevadas), y sí: sería con efectos retroactivos para todas las pensiones porque al no haber fondos suficientes si fuesen sólo las nuevas se crearían dos escalas.

Esto sería el principio porque, a no ser que la esperanza de vida tras dejar de trabajar (ya no digo ‘jubilación’) se hunda, cada vez habrá un mayor número de pensionistas que en ningún caso va a ser compensado por unas mayores cotizaciones al tender la demanda de trabajo a menos al buscarse aumentos en la productividad, por lo que la senda de los recortes tendrá que continuar. En cualquier caso los recortes tienen un límite físico, por lo que lo que pienso es que, en el medio plazo, se establecerá una renta básica que englobará pensiones, prestaciones por desempleo, subsidios y ayudas, y que percibirá todos los españoles, al menos quienes no sean activos y no dispongan de recursos. (Corre también por Internet una estimación que apunta a que los nacidos después de entre 1958 / 1962 no percibirán pensión. Insisto: es una estimación que corre por Internet).

La evolución del sistema de pensiones puede ser diversa, lo que sí está claro es que el sistema de pensiones que hemos conocido y que aún está vigente no es sostenible porque se incumplen todos los supuestos que se hicieron cuando se instauro a principios de los 50: pleno empleo del factor trabajo, salario constantemente creciente, esperanza de vida de 65 años.

El desempleo aumentará por lo antes dicho: porque se busca la productividad, por lo que se convertirá en estructural; pero a la vez el empleo se precarizará porque se generalizará el contrato por obra y servicio y el empleo a tiempo parcial, con el impacto que ello tendrá en las cotizaciones como antes apuntaba.

Se producirán más recortes y subidas de impuestos, pienso que básicamente IVA e IBI, de eso podemos estar seguros porque Bruselas ya le ha dicho a España que el presupuesto aprobado es imposible y no va a cumplir con lo pactado. Esos recortes y subidas de impuestos afectarán sobre todo a las rentas más bajas, por lo que pude decirse que sí, que la crisis se verá agravada”.

Para meditar.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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