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El comienzo del fin de la producción de petróleo

Carlos Montero - Jueves, 22 de Enero

Hemos analizado la caída del precio del petróleo desde diferentes puntos de vista. Ayer el Ministro de Energía de Irak señalaba que desde su punto de vista el crudo había alcanzado suelo en los 40-45 dólares barril, precio que no estaba en sus cálculos tras la reunión de la OPEP en noviembre 2014.

La idea más defendida es que la caída del precio de la energía será beneficiosa para la economía global al liberar capacidad de consumo. Esto reforzará el crecimiento económico a nivel mundial, y aumentará la inversión en capital. Algunos especialistas, sin embargo, matizan este escenario. Entre ellos se encuentra Gail Tverberg, reputada profesional en evaluación del riesgo, que defiende que la actual caída del petróleo va a tener un efecto muy negativo sobre la industria. Lo explica así en un análisis que titula: Este es el comienzo del fin de la producción de petróleo.

Lo que necesitamos es una energía barata. Necesitamos petróleo líquido barato. Cuando el precio es alto daña a la economía. Pero necesitamos también que los niveles baratos se mantengan en el tiempo, hecho que está en cuestión en estos momentos. Lo que creo que va a suceder es que la producción de petróleo va a caer, y no va a ser capaz de recuperarse de nuevo. Hay varias razones para ello:

Los bajos tipos de interés han estado ayudando a subir la producción al financiar nuevos proyectos de extracción rentables por los bajos costes financieros. Una vez que los tipos vuelvan a la senda alcista, muchos de estos proyectos ya no serán rentables, principalmente en proyectos con nuevos métodos de extracción cuyos costes son más elevados. La entrada en pérdidas de estos proyectos reducirá, o eliminará completamente, la producción adicional que hemos visto en los últimos años (este es uno de los motivos por el que Arabia Saudita no ha rebajado su producción, apoyando así un precio del petróleo barato. Eliminaría competencia para el futuro).

Por otro lado, los viejos pozos para mantener su producción necesitan de continuas inversiones. Si se reducen, la capacidad de producción de estas explotaciones se reducirá también. A los actuales precios muchas de estas viejas instalaciones no son rentables, por lo que es previsible que las inversiones se contraigan. El problema es mayor puesto que si no se mantienen operativas, la inversión extra necesaria para volverlas a poner en marcha a pleno rendimiento será mucho mayor. No sólo se necesitará que aumente el precio del crudo, sino que tendrá que aumentar mucho para obtener el rendimiento suficiente que financie nuevas inversiones. Esto aparte del mucho tiempo necesario para obtener que la nueva producción se ponga en funcionamiento.

Hay otro riesgo que empeoraría sensiblemente este escenario. Las instituciones financieras han vendido derivados basados en el supuesto de que el mercado de la energía se comportara con normalidad. La brusca caída vivida (más del 50%), ha puesto en riesgo a una parte importante de estos contratos, y por extensión a las entidades que los han emitido. Vamos a ver muchas suspensiones de pago con el tiempo. Esto generará daños al sistema financiero en su totalidad y otros efectos ahora mismo difíciles de cuantificar, con posibilidad que los depositantes se vean afectados.

El gran problema es de asequibilidad. No veo a los precios del petróleo rebotando de nuevo, o al menos, no rebotando con fuerza. Así que para la producción de petróleo, esto es básicamente el principio del fin. Lo que estamos viendo es el comienzo del cénit del petróleo.




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