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El crepúsculo del último zar de Rusia

Germán Gorraiz López - Lunes, 16 de Marzo

Putin estableció como prioridad tras su primer nombramiento como Presidente en el año 2000, la Modernización de Infraestructuras de Transporte y Energéticas y el Desarrollo de Nuevas Tecnologías,(aeroespacial; robótica; bio-medicina; bio-combustibles y nano-tecnología) aprovechando la exuberante liquidez proporcionada por los ingresos del petróleo ( estimada en 2 billones $), pero tras la fracasada ofensiva de los países BRICS para cambiar de patrón monetario mundial y sustituir el papel del dólar como moneda de referencia y el posterior hundimiento d ella cotización del rublo, Putin procederá a una reforma monetaria consistente en dejar flotar libremente al rublo en los mercados internacionales y así evitar la continuada sangría de divisas del Banco de Rusia en sus esfuerzos por mantener la paridad del rublo , con unas reservas estimadas de 428.600 millones $, (la más baja desde 2010), medidas calcadas del economismo jruscheviano.
Sin embargo, la economía seguirá siendo el Talón de Aquiles de Putin pues la estructura económica rusa controla solo 2,5% de las exportaciones mundiales y adolece de una excesiva dependencia de las exportaciones de gas y petróleo ( el 70 % de los ingresos provienen de estas vías), la devaluación del rublo respecto al dólar ( casi un 50 % desde que comenzara la crisis de Ucrania) , una inflación galopante que podría alcanzar los dos dígitos a finales del actual ejercicio económico (8,3% en octubre del 2014) y la entrada en Déficit en el 2015 a lo que habría que añadir la obsoleta planificación estatal herencia de la época jruscheviana, pues el complejo militar, los proyectos espaciales y las subvenciones a la agricultura siguen acaparando la mayoría del presupuesto ruso condenando a la inanición financiera a la industria ligera y la producción de alimentos.
La agencia internacional de calificación de riesgos Standard & Poor's señaló que “el actual modelo económico ruso se ha agotado, funciona al límite de sus capacidades y debe ser reformado con urgencia”. Así, para el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía rusa crecería un exiguo 0,2% en 2014, no siendo descartable la entrada en recesión en el 2015 debido al drástico descenso de la cotización del barril Brent ( por debajo de los 50 $), descenso que tendría como efectos colaterales una reducción del 4,8 % en el PIB anual ruso y la entrada en recesión en el 2015, una inflación galopante de dos dígitos y un incremento del desempleo hasta el 9% (tasa de paro del 4,9 % en septiembre del 2014). Además, según el Banco Internacional de Pagos (BIS) de Basilea (2013), la exposición de los bancos de la UE a los bancos rusos superaría ya los 200.000 millones de dólares, lo que conllevará serias dificultades para conseguir financiación externa a pesar de la subida de tipos de interés del Banco Central Ruso hasta la barrera ionosférica del 17% y podría provocar la declaración de default o suspensión de pagos en el segundo semestre del 2015.
Además, las reformas para aligerar la Burocracia y la reducción del tamaño y emolumentos de los miembros del FSB (antiguo KGB) debido a la crisis económica podrían hacerlo impopular en el partido y en la Administración, debilitar el otrora poder omnímodo de Putin y permitir que se fraguara una conspiración para apartarlo del poder que estaría alentada por los oligarcas judíos defenestrados por Putin y obligados a exiliarse en el extranjero Berezovksy y Jodorkovski y en la que será acusado de los mismos cargos con los que decapitó a la camarilla oligarca: abuso de poder, corrupción y delitos fiscales, ( reviviendo el golpe de mano contra Jruschov en 1964 y su sutitución por Leoniv Brézhnev tras ser acusado de culto a la personalidad y errores políticos), lo que de facto significará el finiquito del último zar de Rusia.
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ- Analista




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