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Emisiones

Santiago Niño Becerra - Lunes, 03 de Diciembre Teníт­a que pasar, y ha pasado.

El planeta cada vez está más guarro porque cada vez lo enguarramos más, nosotros, los humanos, pero, dejando de lado a quienes lo enguarran porque disfrutan haciéndolo / porque no dan más de síт­, la causa fundamental de tal enguarramiento es porque es una consecuencia de la forma como los humanos generamos PIB; de eso ya hemos hablado aquíт­.

Los paíт­ses subdesarrollados, ante las exigencias de las diferentes normativas acuñadas para mitigar el enguarramiento del planeta, argumentan que si a ellos no se les deja hacer lo que en su díт­a hicieron (y aún hacen) las economíт­as que ahora son desarrolladas, nunca podrán desarrollarse, porque para crecer hay que enguarrar. Los desarrollados dicen que, ahora, eso no va asíт­ porque el clima y el medio ambiente es cosas de todos, y que si, por ejemplo, la República Democrática del Congo enguarra, eso afecta a San Marino, y viceversa claro, por lo que tanto uno como el otro han de reducir su contribución al enguarramiento planetario. (Me gustaríт­a a mi saber que carajo le importa a la República Democrática del Congo lo que enguarra San Marino con la tasa de miseria que tienen, pero bueno).

Bien, pues el razonamiento de las economíт­as subdesarrolladas ha prosperado, ya que los seis paíт­ses menos desarrollados de Europa han empezado a argumentar lo mismo: que como están menos desarrollados de lo que lo están quienes han elaborado las normas antienguarramiento, si cumplen tales normas, podrán desarrollarse más lentamente, mucho más lentamente, por lo que tales normas, en el seno de la UE, deberíт­an renegociase de otro modo.

Es míт­ parecer, pero lo que a mi modo de ver quieren tales paíт­ses no es poder contaminar más, ya que, querer eso no es correcto en términos políт­ticos. Lo que a mi modo de ver buscan esos paíт­ses es más pasta, por la víт­a de los fondos comunitarios o por la víт­a que sea, pero más pasta al fin y al cabo. ¿Absurdo?, ¿egoíт­sta?. No sé que decirles.

Polonia (o cualquiera de los seis que asíт­ argumentan, y eso que aún no se han incorporado Rumania y Bulgaria, que cuando lo hagan, en vez de seis serán ocho los paíт­ses que asíт­ argumentarán), preguntan que porqué ellos ahora no, y los demás hace un par de siglos, y menos, síт­. Porqué, es decir, en virtud de qué filosofíт­a, a ellos se les impide crecer. Peliagudo.

El tema de la contaminación, el tema de la conservación del medio ambiente, es un tema que surge cuando ya se han cubierto las necesidades básicas, las que no lo son, y las otras; a ver, ¿me pueden decir que economíт­as son las más ecológicas del planeta?, las más pobres, ¿verdad?. (Esto no implica que las más ricas, indefectiblemente, lo sean, no, piensen en USA). Cuando las cosas van bien y se tiene la tripa muy, pero que muy llena, es posible adoptar una conciencia ecológica nacional, pero ese no es el caso ni de Polonia ni de la República Democrática del Congo, ¿si?.

Mal asunto, Por cojones tenemos que ser más ecológicos porque, si no, el planeta se va a la mierda, no mañana, ni pasado, pero se va; pero, por otro lado, nosotros, todos, no sabemos crecer sin enguarrar, entre otras razones porque enguarrando es la forma más fácil y más barata de crecer. Complicado, ¿a qué si?.

La solución, indefectiblemente, tiene que venir a través de un nuevo modo de producción, es decir, de un nuevo modo de hacer las cosas, en otras palabras: de la implantación de un nuevo sistema; lo que sucede es que eso tendrá consecuencias (y puede no, seguro, que no van a ser muy agradables.

En fin, cosas que pasan.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS, Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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