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Es momento de decir adiós al milagro económico alemán

Stephen Pope, Managing Partner / Spotlight Ideas Reino Unido - Viernes, 07 de Noviembre

Alemania ya no puede seguir manteniendo una infraestructura eficiente. La obsesión del gobierno con el equilibrio presupuestario amenaza con lastrar la economía. En torno al año 2040, los jubilados mandarán en la pirámide de población. La actividad industrial de Alemania, medida por el Índice de Gestores de Compras de Markit, en el sector manufacturero, indicó un rebote en octubre tras la leve contracción de septiembre.

septiembre.German PMI

 
Fuente: Markit
 
Estamos ante la mayor subida en el Índice de Gestores de Compras (PMI) en lo que va de año, que se mantiene no obstante dentro de un canal de corrección (ver gráfico anterior).
 
El PMI del sector manufacturero subió hasta 51,4 desde 49,9 en septiembre, rebotando así de nuevo por encima del nivel de 50, que indica crecimiento en el sector. Esto es algo fundamental, ya que el sector industrial supone el 20% de la actividad económica de Alemania.
 
Un buen augurio para los datos del empleo en Alemania, ya que las compañías del sector manufacturero han informado de que han llevado a cabo el mayor aumento de sus plantillas en casi tres años. Con todo, antes de lanzar las campanas al vuelo, debemos recordar que los pedidos comerciales han caído por segundo mes. Puede que la caída haya sido escasa, pero la implicación es que Alemania está sintiendo ya definitivamente los efectos de las sanciones a Rusia.
 
 
Del mismo modo, la ralentización de la economía de la zona euro en general está suponiendo un lastre para la maquinaria de exportación alemana.
 
 
Lo que está claro es que incluso tras el repunte de octubre, es demasiado pronto para afirmar con la menor certeza que la base manufacturera podrá mantener este crecimiento durante todo el cuarto trimestre de 2014. Evidentemente, es lógico estar preocupados, ya que la economía alemana marcó un buen comienzo de año. No tardó en llegar una contracción en el segundo trimestre y existen temores generalizados de recesión por la debilidad de la zona euro y un clima de inversión templado.
 
 
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Solo Italia invierte menos que Alemania en educación, en los países occidentales.
Imagen: Sean Gallup \ Thinkstock.com
 
 
El final del Wirtschaftswunder (milagro económico): 
 
Hasta hace solo unos pocos meses, la mayoría de los observadores de la zona euro estaban convencidos de que dinamismo estable de la economía alemana era capaz por sí solo de ser la locomotora de toda la región para escapar de la deflación y la recesión.
 
 
Sin embargo, tras la publicación de las Perspectivas Económicas Globales del FMI quedó claro que incluso el corazón industrial teutón estaba empezando a latir con dificultades y que la trayectoria que había llevado a todas las generaciones tras la Guerra (las seis) a disfrutar de una mejora de las condiciones de vida, estaba a punto de romperse.
 
 
Alemania registró un superávit presupuestario estatal de 7.500 millones de euros en el cuarto trimestre de 2013, y registró también un superávit presupuestario equivalente al 0,10% del PIB del mismo año. A pesar de que los pesos pesados de la economía de ambos cortes ideológicos han identificado una escasez de inversión en infraestructuras, como una de las carencias principales que puede explicar la caída en la economía, la élite gobernante se mantiene firme en su intención de presionar en pos de unos presupuestos equilibrados.
 
 
Por desgracia, la idea de que Alemania cuenta en todo su territorio con infraestructuras eficientes, hace tiempo que está anticuada. La realidad es que ha invertido menos en mantener sus carreteras y sus puentes que otros estados europeos. La tasa de inversión en infraestructuras nacionales en 2013 ha sido la cuarta más reducida en la UE. Los países que han invertido menos han sido Austria, España y Portugal, aunque España ha recibido una fuerte inyección de capital para construir nuevas carreteras y aeropuertos en los últimos 10 años.
 
 
El Instituto alemán de Investigación Económica sugiere que la brecha en la inversión asciende a 80.000 millones de euros.
 
 
El diario líder alemán Die Welt informa de que las estadísticas oficiales indican que se ha producido una inversión neta negativa en siete de los ocho principales sectores manufactureros desde 2000, con el sector del automóvil como única excepción. Y lo que es quizá aún más grave, según la OCDE, de todos los países de Europa Occidental, solo Italia invierte menos en educación que Alemania.
 
Retos para la canciller Angela Merkel 
 
 
La canciller Angela Merkel y sus ministros de los partidos CDU/CSU se enfrentan cada día que pasa a más ataques del Partido Socialdemócrata de Alemania, sus socios de la coalición. Los Social Demócratas, contrariamente a lo que planea Wolfgang Schäuble para los próximos presupuestos, entienden que Alemania no debería emitir deuda soberana por primera vez desde 1969. Se trata de un objetivo con el que llevan mucho tiempo soñando los conservadores en materia fiscal y supone para el resto de Europa una demostración en toda regla de disciplina fiscal.
 
 
Todo ello no concuerda con las ideas de centro y de extrema izquierda que ven la obsesión de un presupuesto equilibrado o “de base cero” como un objetivo que impide a Alemania y al resto de Europa reactivar la inversión. Ven el “presupuesto de base cero” como un error fatídico de los partidos de centro derecha. No es una política, es un ideal.
 
 
No obstante, no todo es paz y armonía en las filas de los Partidos de la Unión. Son muchos los diputados que han pedido a la canciller que implante una profunda reforma del mercado laboral interno en el marco de una política denominada “Agenda 2020”. Su intención es que, una vez más, Alemania marque la pauta de la reforma del mercado laboral en lugar de limitarse a intimar a franceses e italianos para que lo hagan.
 
 
El primer problema que se nos plantea es que no hay una única forma de evaluar el estado de forma de la economía alemana. A modo de ejemplo, el gobierno se ha visto obligado a rebajar sus perspectivas de crecimiento para 2015, que han pasado del 2% al 1,2%. No obstante, el ministro de economía y vicecanciller, Sigmar Gabriel, se niega a mostrarse excesivamente pesimista. Recuerda que basta con remontarse a 2012, año en que el crecimiento del PIB apenas era del 0,7% y que Alemania sigue avanzando por la senda de la prosperidad ya que:
 
“…El empleo sigue aumentando y el desempleo reduciéndose…”
 
 
Dicho lo cual, lo que uno ve es que las devaluaciones internas en países concretos del sur de Europa ha impulsado su competitividad respecto de Alemania y que la ralentización en China y las sanciones a Rusia están dañando la economía del país líder en exportaciones.
 
No obstante, otros dirán que, si Alemania comienza a pedir más dinero prestado, cuando la relación deuda/PIB sea del 76,9% estaremos únicamente ante una señal para los países menos disciplinados, que entenderán que también pueden actuar compulsivamente.
 
 
Lo que de verdad preocupa es que los tipos bajos son lo que han mantenido al alza la economía de la mano de un gasto al consumo elevado. En Alemania, este parámetro creció hasta los 378.230 millones de euros en el segundo trimestre de 2014 desde los 377.840 millones de euros del primer trimestre. El promedio se sitúa en 319.920 millones desde 1991 hasta 2014 y ha alcanzado un máximo histórico en el segundo trimestre de este año.
 
 
¿Toca ahorrar ahora para poder pagar pensiones en unos años? 
 
 
Las previsiones de Naciones Unidas apuntan a que Alemania está envejeciendo. La caída de la tasa de natalidad conlleva que Gran Bretaña y/o Francia pasarán a ser los países de Europa con mayor población a partir de 2040.
 
 
Fuente: Naciones Unidas
 
 
Puede que este sea el motivo por el que el actual gobierno no quiere pedir más dinero prestado en este momento. Son conscientes de que el vencimiento de los préstamos a largo plazo, es decir, los Bunds de nueva emisión a 30 años, vencerán en el mismo momento en que la relación entre jubilados y población activa empiece a rondar niveles críticos. ¿Y si lo que pasa por la cabeza de la canciller es la necesidad de una “Agenda 2040” inteligente y no una reactivación a corto plazo o una “Agenda 2020”?
 
 
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