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FMI, de nuevo.

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 10 de Junio

Uno de los organismos internacionales que, pienso, conviene escuchar con más atención cuando dice lo que dice es el FMI. Ayer el FMI dijo cosas, y dijo dos tipos de cosas. Por un lado dijo números, unos números raros, como que en 55 días el crecimiento de España para este año va a ser 6 décimas superior a lo que dijo el 14 de Abril. Raro. Pienso que, entonces no dijo lo que era lógico o que ahora, por algún motivo –¿electoral?– se ha pasado. En cualquier caso eso no es lo importante. Lo importante es lo otro que dijo.

En economía, lo hemos dicho en innumerables ocasiones, lo importante son las tendencias. Y ese fue, pienso, lo realmente interesante que dijo el FMI ayer.

España dijo el Fondo sin decir, puede crecer lo que puede crecer, donde puede crecer y como puede crecerlo. Y, evidentemente, España ha de pagar todo lo que debe. La española no es una economía que precise enormes dosis de inversión para generar la mayoría del PIB que genera porque su economía produce bienes y servicios que en gran parte son de medio y bajo valor añadido, luego la competitividad vía productividad a través de tecnología pasa a un segundo plano y cobra protagonismo la reducción de costes, costes que en mucha medida son laborales debido a que el modelo productivo español es intensivo en factor trabajo.

Por otro lado, la capacidad de recaudación fiscal en España es la que es y es baja en relación al nivel de tipos impositivos existentes. Cierto, el monto de economía sumergida es muy elevado y el del fraude fiscal enorme, pero es sabido que perseguir con saña una y otro puede repercutir en la actividad económica –¿se han dado cuenta de que el FMI nunca habla del tremendo fraude fiscal español?–, luego la vía para ‘aumentar’ la recaudación fiscal pasa por gastar menos y subir algún impuesto a algún colectivo al que le sea imposible defraudar.

Juntemos todo.

Lo que dijo ayer el FMI es que hay que rebajar costes laborales; dijo que hay que facilitar que quienes produzcan tengan, cuando necesiten, el factor trabajo que necesiten al precio que lo necesiten, y cuando dejen de necesitarlo puedan prescindir de él de forma sencilla y barata; dijo que hay que reducir gasto público, por ejemplo en educación y sanidad, y trasladar a los usuarios parte de ese coste; dijo que hay que aumentar el IVA de bienes de uso cotidiano que consume el hombre de la calle porque no hay opción para defraudar.

Pienso que lo del 3,1% de crecimiento para este año no se va a cumplir, pero en el fondo va a dar igual de cara al bienestar de la población porque si se crece a tal ritmo va a ser a base de degradar el estándar de vida de la ciudadanía, crecimiento que se va a producir en unas zonas concretas y en unas actividades específicas.

Cuando el Fondo dice que España va a crecer el 3,1% en el2015, dice que el número de millones a que ascendió el PIB en el 2014 va aumentar el 3,1% en términos reales, pero para que eso pase, ha de suceder lo que hemos comentado dos párrafos más atrás. Y España ha de hacer eso para crecer esa tasa, y no puede hacer otras cosas porque la economía españolada da para lo que da, es decir, genera el tipo de PIB que genera. Y si no hace eso no va a crecer nada, o muy poco, lo que hará desconfiar a Los Mercados, y España tendrá problemas para financiarse.

Es decir. Lo que el Fondo dijo ayer es que la ciudadanía española debe comprender que las cosas están como están y que hay que hacer lo que hay que hacer. Que la gente tiene que conformarse, vaya, porque no hay demasiadas alternativas, mejor dicho, no hay ninguna. Y lo que también vino a decir, es que los votantes, en Noviembre, que digan lo que quieran, pero que él seguirá diciendo lo mismo que ahora porque no hay otro camino.

Ahora esas cosas, el Fondo y otros organismos que las dicen, las dicen con buenas palabras, con figuras literarias, usando simbolismos, y se las dicen así a España y a todos a quienes se las tienen que decir; y los Gobiernos, el español el primero, se quedan impertérritos. Pero pienso que eso va a cambiar y que cuando, aquí, pasen las elecciones alguien llegará y va a decir: ‘¿Qué quieres o pescado frito?’ Y entonces sabremos que, de verdad, ha llegado el Invierno.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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