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Las pensiones que no serán

Santiago Niño Becerra - Martes, 13 de Septiembre

641 €/mes, eso es lo que la/el española/ol media/o debería ahorrar, de media, mensualmente para mantener, tras su jubilación, el nivel de vida que, de media, ESA española/ol ha tenido durante su vida laboral. 

Ante esto puede decirse y opinarse lo que se crea conveniente, pero la realidad es única y unidireccional: la inmensa mayoría de las españolas y de los españoles no van a poder mantener el nivel de vida que, de media, tienen mientras se hallan en activo (y sobre esto mucho habría que matizar) porque la pensión que se va a percibir va ser sensiblemente menor que la cantidad por la que se está cotizando, si es que llega a pervivir el concepto de ‘pensión’.

Ya lo hemos comentado en diversas ocasiones: el sistema de pensione que conocemos, el aún vigente, se diseñó suponiendo unos parámetros que ya no se dan: pleno empleo del factor trabajo, salarios crecientes, necesidad de calmar a la clase obrera en un escenario de Guerra Fría; y como no se dan, las pensiones, por un lado, no son sostenibles, y por otro han dejado de ser necesarias laborales. (Temas éticos y morales al margen).

Lo que encuentro más alucinante es que este debate no se halle permanente en la calle. Con respecto a las pensiones nos hallamos ante un caso –a la inversa– que Luís Buñuel expresó tan bien en “El ángel exterminador” (1962) sólo que aquí el monstruo sí existe. Ni políticos, ni sindicatos, ni asociaciones de vecinos, ni clubes deportivos, ni grupos musicales, nadie plantea de forma descarnada que a no ser que se implemente una renta básica, se pase a depender de los descendientes, o se sea rico, la interrupción de la actividad laboral abocará a la miseria; y eso suponiendo que la actividad laboral que se desempeña se halle suficientemente remunerada, y obviando el hecho de que uno de cada ocho personas que se hallan trabajando es pobre.

Es decir, para la mayoría de la población ocupada, la única posibilidad para no caer en la miseria será no jubilarse, continuar siempre en activo; cosa bastante difícil en bastantes casos debido al propio desgaste físico provocado por la edad y a los mayores costes laborales que representa una persona mayor respecto a una joven, y máxime considerando que la Industria 4.0 está abocando a un creciente desempleo estructural.

Por todo lo cual mi sugerencia es: si se hallan ocupados y si pueden evitarlo porque su salud es buena, no se jubilen. (¿Si pienso que se acabará promulgando, con excepciones, una ley obligando a la jubilación al llegar a una cierta edad? Sí, lo pienso).

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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