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Matemático

Santiago Niño Becerra - Jueves, 09 de Marzo

Hace escasos días recibí un mail: 

“Soy un licenciado en matemáticas de 25 años con un máster en formación del profesorado (CAP) y que, como otros muchos, llevo un año trabajando y cobrando un sueldo de 450€ al mes. Compagino esa actividad con la investigación.

Recientemente, me han concedido una beca FPU para realizar mi tesis doctoral. Sin embargo, es incompatible con mi empleo actual; lo que me lleva a una difícil situación: elegir entre cobrar el doble sólo durante 3 años (4 como máximo) y no poder recuperar mi empleo actual, o quedarme con los 450€.

Quizás desde su perspectiva, la decisión esté clara.

No obstante, no sé muy bien cuál es la causa, pero siento algo parecido al síndrome de Estocolmo. Es evidente que, si un empleo se parte en dos, tenemos más gente trabajando. Lo que ocurre es que, si a una de esas dos personas le sale una posibilidad, a priori, de prosperar, el sentimiento de conformismo y de "seguridad" le lleva a quedarse con el puesto de trabajo precario y mal remunerado.

Con esto no digo que mi decisión sea renunciar a la beca (aún no sé qué hacer); simplemente, quiero denunciar que al sistema no le basta con ofrecernos empleos de tales características, si no que arrasa con cualquier síntoma de esperanza; haciendo que algo que es codiciado por muchos, pueda ser rechazado por miedo a volver a un estado inicial en el que no se tenga trabajo.

Probablemente, ya conocerá casos similares al que le detallo (muchas veces le he oído ejemplos que conoce personalmente); pero le escribo porque veo en su figura un altavoz al que poder acercarse y desde el que se puede denunciar a los cuatro vientos situaciones reales, precarias”.

Mi respuesta fue:

“No he tardado sin medio segundo en pensar que iba a responderle. Pienso que empezó muy mal su andadura profesional y mal la ha continuado. No sé si sabe Ud. que cuenta con una de las titulaciones más demandadas hoy en día, entre otras razones porque no sin muchas las personas que la tienen.

Hoy todos los servicios de estudios, los fondos de inversión, las casas de análisis financiero, cuentan con, al menos, un matemático a fin de diseñar e implementar algoritmos para el seguimiento, la compra-venta de activos financieros y el asesoramiento inversor.

Mi sugerencia es que, ya, explore esos ámbitos”.

¿Quién iba a decir que las matemáticas llegarían a tener tal importancia, verdad?

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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