La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Nuevas pinceladas Ѣ€“ y 7

Santiago Niño Becerra - Jueves, 19 de Marzo 139 Ѣ€" Ya hemos hablado de esto, pero pienso que es necesario insistir. Parece que los pesos pesados de la influenciabilidad económica mundial: Krugman, Bernanke, Geithner, ... se hayan puesto de acuerdo en decir lo mismo: 1) la recuperación, pronto: finales de año; 2) las medidas que se están adoptando, las correctas: ¿no están subiendo las Bolsas?; 3) el 2010, todo irá mucho mejor: ¡mejor!, ¡mejor!. Lo dicen, alto y claro, pero creo que no lo creen: los datos, la realidad del día, las tendencias: son horrorosas

.ilustraciónContinuamos con el mismo mensaje: “EL milagro es posible”, ¿cuál?, ¿qué milagro?: da lo mismo: EL milagro que solucionará todos los problemas; es la enésima versión de “las cosas van bien”. ¿Cómo van a ir bien si el mismo Secretario del Tesoro ha reconocido que no se tiene ni idea de las dimensiones del agujero que tienen las entidades financieras?.

Lo que está sucediendo tenía que pasar: también lo hemos dicho: no había otra forma de continuar creciendo, por eso algunos -a quienes se les permitió- hicieron de aprendices de brujo y crearon un proceso mezclando ingredientes desconocidos en el caldero económico mundial, pero un proceso que, tras alcanzar una dimensión gigantesca se ha tornado implosivo y está fagocitando todo lo que se le echa para calmar su hambre. Implosionando, si, ¿qué creen que es una depresión deflacionaria?.

Lo que se le echa: ahora toca diseñar cosas, hacer planes; y se irán poniendo en marcha, durante los próximos dos meses, y durante el Verano esa tranquilidad pastosa de la canícula. A partir de Septiembre caída continuada, de todo, en todas partes porque no se puede coser un roto en el agua, y luego meter ese agua en un cesto; pero aún se continuará esperando el milagro, aunque la caída ya sea continuada. ¿Se seguirá esperando El milagro?, ¿si?; sí: unos cuantos meses más: se necesita porque no se está preparado para aceptar que lo que está llegando es inevitable; de ahí que quienes tienen influenciabilidad en la economía continúen diciendo lo que dicen. (“Ifluenciabilidad”: no existe esa palabra, pero es supergráfica: quienes tienen verdadera y auténtica influencia).

140 Ѣ€” Y, mientras, para que la gente se entretenga, cosas fáciles de interpretar, sencillas de criticar: las remuneraciones de las altas directivas de las entidades financieras: un tema recurrente: volverá: da para muchísimo.

Vamos a ver, de entrada: esos pluses se hallaban en contratos legales, contratos que no fueron impugnados ni revisados cuando el Estado USA empezó a meter pasta en las compañías (AIG el último caso). Pero es un tema sensible y útil. ¿De verdad a quienes mandan les parece un escándalo que los directivos de AIG se embolsen 165 millones de dólares de los 170.000 que han recibido del Estado?, ¿de verdad les abomina tanto?, y, ¿por qué nadie dice ni pío de, por ejemplo, el agua que se desperdicia en la red de suministro de las grandes ciudades USA?.

Se critica eso por oportunismo, se mira la brizna, pero no se tiene en consideración la montaña. ¿Qué opino yo?, pues que los contratos están para cumplirse y que, con el contrato en la mano, no se discutan sus remuneraciones y sí su rendimiento: ahí tienen la solución quienes critican los emolumentos: que quienes los perciben se los ganen. Pero claro, hacer eso tiene consecuencias: analizar los rendimientos de todo el mundo: es más fácil criticar unas remuneraciones en concreto de unas personas en concreto, porque es carnaza barata para el pueblo.

Seamos realistas: ¿quién se acordará mañana de los bonus percibidos por esos superdirectivos de AIG?. Se lo digo yo: nadie, pero mientras el tema de de sí, que de de sí.

141 Ѣ€” Lentamente entre datos negativos y datos negativos empieza a emerger una pregunta, en todas partes, pero más en economías altamente problematizadas, como la del reino: ¿existe una salida a la actual situación?. No me estoy refiriendo a lo que dicen políticos y asimilados, sino a lo que se trasluce tras toda esa parafernalia posibilista.

Planes, inyecciones, pruebas de estrés, proyectos de intervención: OK, OK, pero ¿se va a salir?, ¿va a sacar todo eso a la economía del lugar en el que se halla?.

Es una cuestión de confianza, claro, pero no sólo; también de fe, pero tampoco sólo. Es como si se estuviesen tomando medidas y haciendo cosas porque algo hay que hacer, no porque se tenga la certeza de que vayan a funcionar para lo que se pretende que funcionen: salir de donde se está.

Se lo digo: no me extraña en absoluto esa sensación de no-efectividad que transpira todo lo que se está adoptando, ¿por qué?, pues porque no se percibe su eficiencia para resolver, para revertir, y, ¿por qué?, pues porque en todos esos planes no se aprecia nada nuevo: es material ya utilizado: corresponde al manual de la versión 4.0 del sistema y por el horizonte ya se está insinuando la 5.0, y el de esa versión aún está por escribir.

141 bis Ѣ€” El pasado Martes, el Señor Juan Ramón Quintás, presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro en el Parlamento del reino: habló de 1929 y de “riesgo sistémico”: es positivo que cada vez se digan más cosas, aunque se esté haciendo tarde: ¿desde cuándo están Uds. leyendo sobre esto en lacartadelabolsa?.

El Sr. Quintás pintó una tendencia muy mala: muy real: habló de morosidad “desbocada”: a lo que apunta; también de la absoluta insuficiencia del Fondo de Garantía de Depósitos: calderilla: ya lo hemos planteado: ¿cuántos días pueden aguantar las entidades financieras españolas con una morosidad desbocada?; y de que la Administración ha de tomar medidas: aquí disiento: no se puede hacer nada: es un cáncer que se ha metastitizado, recuerdan?. (El País del 18.03.3009, en su Pág. 18 hizo un resumen muy bueno de la intervención).

Y también dijo cosas polémicas (¿e interesadas?): hay que ayudar a las personas hipotecadas que no pueden hacer frente a su hipoteca. Parece ser que no todo el mundo está de acuerdo con eso, ya lo habíamos comentado cuando hace mese ya se lanzó un globo sonda en ese sentido, pero cada vez más gente se está pronunciando al respecto: “Si Fulanito se metió en una casa de 400.000 euros y (nombre de una entidad financiera) le dio la hipoteca; si ahora no puede pagar, ¿por qué le tienen que ayudar con mi dinero?: nadie le obligó a meterse y nadie obligó a (nombre de la entidad financiera anterior) a darle el crédito”. No me negarán que el razonamiento es difícil de rebatir si se quiere ser políticamente correcto, sobre todo porque no está claro en qué términos se haría tal ayuda.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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