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¿Por qué las opiniones pesimistas parecen más inteligentes que las optimistas?

Carlos Montero - Miercoles, 27 de Enero

"Por razones que nunca he entendido, a la gente le gusta escuchar que el mundo se va al infierno", afirmaba recientemente el historiador Deirdre N. McCloskey al New York Times.

Morgan Housel añade que es difícil discutir que para la mayoría de la gente la mayoría de las veces, el pesimismo no sólo es más común que el optimismo, sino que también suena más inteligente. Housel añade:

Es intelectualmente cautivante el hecho de que se preste más atención al pesimista, y que el optimista a menudo es visto como un ingenuo lechón.

John Stuart Mill escribió hace 150 años: “He observado que no se toma en consideración al hombre que espera cuando otros desesperan, sino al hombre que desespera cuando otros esperan. Este es admirado por un gran grupo de personas como un sabio”.

Matt Ridley escribió en su libro El optimismo racional: “Si usted dice que el mundo ha ido a mejor corre el riesgo de que le llamen ingenuo e insensible. Si afirma que el mundo va a mejorar, se le considera vergonzosamente loco. Si por el contrario afirma que la catástrofe es inminente, puede esperar un premio McArthur o incluso el Nobel de la Paz”.

En el mundo de la inversión, el alcista suena como un animador imprudente, mientras que el bajista suena como una mente aguda que ha sabido ver más allá de los titulares.

Pero esto va más allá de la inversión. La profesora de Harvard, Teresa Amabile, muestra que aquellos que publican reseñas negativas en los libros son vistos como más inteligentes y más competentes que los que escriben comentarios positivos. “Sólo el pesimismo suena profundo. El optimismo suena superficial”.

Daniel Kahneman ganó el premio nobel por demostrar que la respuesta de la gente es mayor a una pérdida que a una ganancia. “Es un escudo evolutivo. Los organismos tratan a las amenazas de forma más urgente que a las oportunidades, pues son más importantes para sobrevivir y reproducirse”, afirmó Kahneman.

Housel da algunas razones por las que el pesimismo atrae tanta atención:

1. El optimismo parece ajeno a los riesgos, por lo que el pesimismo parece más inteligente. Pero eso es una manera incorrecta de ver a los optimistas. La mayoría de los optimistas le narrarán los acontecimientos negativos que creen que van a suceder, pero siguen siendo optimistas y creen que podrán soportarlos. Para un pesimista sin embargo, un mal suceso es el fin de la historia. La diferencia entre un optimista y un pesimista a menudo es la resistencia y el marco temporal.

2. El pesimismo muestra que no todo se mueve en la dirección correcta, lo cual ayuda a racionalizar los defectos personales que tenemos. La miseria ama la compañía, como se suele decir. Al darse cuenta que las cosas están fuera de su control, pueden creer que sus problemas no dependen tampoco de ellos lo que es una sensación reconfortante, por lo que nos vemos atraídos hacia ella.

3. El pesimismo requiere una acción, mientras que el optimismo significa mantener el rumbo. El pesimismo se refleja en frases como “venda todo, huya, corra…”, que atraen su atención. El optimismo en la mayoría de las ocasiones es “no se preocupe, mantenga el rumbo, va a ir todo bien”, que es fácil de ignorar, pues no requiere hacer nada.

4. El optimismo suena como un argumento de venta, mientras que el pesimismo suena como alguien que trata de ayudarte. Y eso es a menudo la verdad. Pero en general, la mayoría de las veces el optimismo es el posicionamiento correcto, y el pesimismo puede ser el mismo argumento de venta.

5. Los pesimistas extrapolan las tendencias actuales sin tener en cuenta cómo los mercados tienden a adaptarse. Eso es importante, porque las opiniones pesimistas suelen comenzar con una base de análisis racional, por lo que la advertencia parece tan razonable que da miedo.

El no tener en cuenta la capacidad de los mercados para adaptarse es la causa de la muerte de la mayoría de los pronósticos pesimistas.




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