La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Pregunta

Santiago Niño Becerra - Jueves, 04 de Febrero

Hace unos días recibí un mail. Este:    “Acabo de ver éste titular en la versión digital de La Vanguardia: “La economía mundial, ¿al borde del precipicio?” Tan grave es lo que está pasando o tiene que pasar? Estamos ante un nuevo CRACK, como describías en tu libro?”

Mi respuesta:

“No es una ‘nueva’ crisis es otra manifestación de la misma crisis. La Depresión empezó en el 29 y no finalizó hasta 1947; en 1937 pareció que ya-sí, pero fue que no porque quedaban cosas pendientes. La actual crisis empezó en el 2007 –de verdad, de verdad en el 2010– y si sigue los mismos recorridos, de verdad, de verdad no se acabará hasta el 2025, y con una diferencia abismal: en la Depresión había una enorme capacidad productiva no utilizada o subutilizada, mientras que ahora lo que hay es un exceso de capacidad productiva y no hay quien la consuma porque la capacidad de endeudamiento está agotada. Es decir, entonces la salida era ir-a-más (dejando a un lado el desperdicio que eso supone) y ahora será ir-a-lo-conveniente, con lo que ello supone de desempleo estructural, de pobreza y de desigualdad.

Al igual que en los años 30 también ahora se han hecho mal las cosas: ignorando la realidad: las bajadas de tipos de interés, los planes de gasto masivo, las inyecciones de dinero por parte de los Bancos Centrales, no han resuelto nada porque no pueden resolver nada: nunca un cáncer se ha curado con estímulos. El problema –siempre sucede lo mismo– se debe a que se ha agotado la forma cómo se hacían las cosas: el modelo, porque ya no se dan los supuestos que se dieron cuando en su momento: cuando se agotó el modelo que le precedió, se puso en marcha; en nuestro caso: la ilimitabilidad y baratura de las commodities, el pleno empleo del factor trabajo, una esperanza de vida de 65 años, la suficiencia recaudatoria para abordar los gastos que entonces tenían que hacerse: en los 60 no existían las resonancias magnéticas ni las tomografías computerizadas y el armamento era más barato.

El 2016 va a ser muy malo, y el 2017 también; hasta el 2020 cambios y adaptaciones: hay que meter el nuevo modelo con calzador, y casi nada y casi nadie está preparado para ello. Por ejemplo: a nivel social la renta básica es esencial a fin de hacer frente a un desempleo estructural que va alcanzar proporciones gigantescas a medida que la tecnología vaya ocupando el espacio productivo, pero muy pocos hablamos de ello y los políticos miran para otro lado porque eso supone asumir que un porcentaje de la población es económicamente innecesario. Es decir: mucha dificultad y tensión, pero que nadie venda que es ‘otra crisis’ porque no lo es”.

Pues eso.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]