La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Primavera 2016

Santiago Niño Becerra - Jueves, 14 de Abril

¿‘Estancamiento secular’ y ‘japonización’ de la economía mundial?. Pienso que no. Tanto una cosa como la otra suponen que a) es posible hacer las cosas de otra manera y que otro escenario es posible, o b) que algo de hoy o de mañana se está comparando con una situación del pasado que es irrepetible. Lo que sucede, pienso, es que hemos entrado en un espacio nuevo en el que los parámetros utilizados anteriormente pura y simplemente no sirven. http://economia.elpais.com/economia/2016/04/12/actualidad/1460438730_388752.html (Documento original: https://www.imf.org/external/french/pubs/ft/weo/2016/01/pdf/textf.pdf).

En el 2014 y en la primera mitad del 2015 se estuvo funcionando a base de anfetas, pero eso tiene el recorrido que tiene: a un motor es imposible estar inyectándole nitro de forma permanente, por eso a partir de la segunda mitad del 2015 … Y no, los parámetros anteriores pienso que ya no sirven: se sigue pensando que ‘reemprender el crecimiento es posible’, pero pienso que hacia lo que la economía mundial va es hacia una nueva normalidad: bajísimo crecimiento, inflación nula, altas productividades, muy baja demanda de trabajo insuficiente para absorber la oferta de trabajo existente que derivará en un muy elevado desempleo estructural, muy reducida capacidad de consumo, … España como ejemplo: para el 2021 un crecimiento de 1,6%: encefalograma plano.

Dice el Dr. Maurice Obstfeld, el economista jefe del FMI: “Si la economía va creciendo menos de forma persistente lleva un rebaja en las inversiones y hace que el crecimiento económico ya no baste para lograr el pleno empleo o mejorar los salarios, lo que puede llevar a tensiones políticas”. Con la primera parte, de acuerdo, pero no con la segunda: una renta básica y el convencimiento de que otra cosa no es posible es un sistema efectivo para desmontar las tensiones.

El resumen es que aquello que tanto y tanto se repitió –y que las ciudadanías se creyeron porque deseaban creérselo–: que el futuro por fin tenía tonos rosados, como que no.  

Se ha producido un ‘cambio de tendencia’ que implica otras expectativas; en España, sí, pero el ámbito es global. Es decir, la crisis NO ha finalizado y aquello que se dijo no será de aquella manera; en mi opinión se sabía, pero siempre hay que procurar tener la fiesta en paz; hasta que el muelle no da más de sí, y pienso que ya hemos llegado ahí. http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/04/el-fmi-rebaja-el-crecimiento-de-espana-para-2016-83100.php

En España la cosa es mucho peor porque aumentando el número de millones que integran el PIB –de forma sesgada y precariamente– ya no se cumplía con los objetivos de déficit, o sea que aumentando menos el número de millones se pueden imaginar lo que va a suceder: subidas de impuestos y recortes de gasto. ¡Huy, perdón! ‘Adecuación de los ingresos fiscales a las necesidades recaudatorias’ y ‘Consolidación fiscal’. ¿En qué estaría yo pensando?.

Lo que no me cuadra es lo desempleo: el FMI dice que España va a crecer menos, pero no modifica sus previsiones de paro teniendo en cuenta que crecimiento y demanda de trabajo en España se hallan superligados. Se me ocurre que, o bien la precariedad se va a disparar por lo que el subempleo va a dispararse, o bien la población activa se va a derrumbar, o ambas cosas a la vez. Comparen en los números del FMI la evolución de PIB y desempleo y verán.

El próximo Gobierno del Reino lo tiene claro: sea cual sea y lo formen quienes lo formen: el objetivo sigue siendo llegar a un déficit del 0% en el 2020.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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