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¿Quién espera 100 años para estar acertado?

Carlos Montero - Jueves, 05 de Enero

“La esencia de la inversión es la gestión del riesgo, no la gestión del rendimiento”, es lo que creía uno de los inversores más prestigiosos de todos los tiempos, Benjamin Graham. Otro gestor muy reputado, Ben Carlson, está de acuerdo con esta visión de la labor de los mercados. Señala:

Los inversores pasan un montón de tiempo intentando descubrir los retornos que los mercados les darán en el futuro, sin darle excesiva importancia a los riesgos asociados. El problema es que existen demasiadas variables para predecir con precisión las rentabilidades futuras del mercado de valores. En cambio, los inversores no pasan el tiempo suficiente en analizar una variable mucho más fácil de predecir: El riesgo.

Por ejemplo, los inversores han estado citando el precio ajustado cíclicamente de Robert Shiller (CAPE) desde probablemente principios de 2010 para mostrar lo sobrevalorado que están los mercados de valores. En la siguiente tabla les muestro los retornos medios del mercado de valores en relación a distintos niveles de CAPE:

Vemos como existe una clara correlación entre ratios bajos de valoración y altas tasas de rentabilidad en las acciones a 3, 5 y 10 años. Esto podría hacernos creer que invertir en bolsa en base a la valoración de los ratios fundamentales es una forma “relativamente fácil” de acertar con un retorno adecuado. Sin embargo, como vemos en esta otra tabla de rentabilidades asociadas, el comportamiento de los mercados difiere enormemente entre un año bueno y uno malo en cualquier rango de valoración.

Vemos por ejemplo, que con un ratio CAPE entre 10 y 15 el promedio histórico muestra una rentabilidad anual del 15,6% en un plazo de tres años, del 13,4% en un plazo de 5 años y del 13,9% en el plazo de 10 años. Ahora bien, en el primer plazo el mejor ejercicio muestra una rentabilidad positiva del 40,3% mientras que el peor del -7,3%. En un plazo de cinco años el mejor tiene una rentabilidad anual del 26,7% y el peor del -7,7%. Estas grandes diferencias las vemos en cualquier plazo y en cualquier rango de valoración.

La conclusión de estos datos mostrados por Carlson es que los datos promedios muestran una enorme variabilidad por lo que no son excesivamente eficientes a la hora de acudir a los mercados. En un plazo de 100 años invertir con ratios fundamentales bajos nos otorga una alta probabilidad de acierto, ahora bien, ¿quién espera 100 años para estar acertado?




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