¿Realmente todo el mundo quiere ser feliz?
Carlos Montero - Jueves, 30 de OctubreTodo el mundo quiere ser feliz. Es un derecho humano fundamental. La sociedad gasta millones tratando de averiguar las claves de la felicidad, y es el objetivo máximo para el ser humano… ¿o no es así?
Según sostiene un trabajo de investigación de Mohsen Joshanloo y Dan Weijers de la Universidad de Wallington citado por el profesor de la Escuela de Negocios de Stanford, el deseo de felicidad personal tiene menos importancia en las culturas no occidentales.¿Todo
Los investigadores se centraron en cómo las distintas culturas se acercan a la felicidad. En un estudio de 2004, a los estudiantes taiwaneses y estadounidenses se les pidió su opinión acerca de qué es la felicidad; mientras que muchos de los participantes estadounidenses consideraron la felicidad como el valor más alto y el objetivo supremo de sus vidas, los participantes taiwaneses no hicieron tales declaraciones.
Otras investigaciones encontraron que la responsabilidad personal -la creencia de que la felicidad es un derecho de todos y cada persona es responsable de su propia felicidad - fue respaldada con más fuerza por los estadounidenses que por los participantes chinos. En contraste, el equilibrio dialéctico entre la felicidad y la infelicidad fue apoyado con más fuerza por los chinos que por los participantes estadounidenses.
Cuando a los voluntarios chinos se les mostró diferentes gráficos de cómo la felicidad puede cambiar en el transcurso de una vida – en una tendencia lineal frente a no lineal-, y se les pidió que eligieran el gráfico que preferían, eligieron el no lineal en donde su felicidad personal oscilaba. Los estadounidenses sin embargo eligieron el lineal.
¿Qué explica estas grandes diferencias culturales? Parte de la respuesta radica en los valores fundamentales que se hacen hincapié en las diferentes culturas. En las culturas orientales se hace hincapié en el logro de la armonía social, donde la comunidad y la pertenencia son valoradas especialmente. En las culturas occidentales, el énfasis está en la consecución de la felicidad, donde el yo individualista tiende a ser primado.
En otro estudio elaborado recientemente se examinó la definición de la felicidad en los diccionarios de 30 naciones. Mientras que en los de cultura occidental estas definiciones se basaban en sentimientos internos y personales de placer, las culturas orientales ponían el acento en la armonía social, que se asociaba a la buena suerte y fortuna.
En base a estos estudios, y otros relacionados, la búsqueda de felicidad puede ser contraproducente para el propio individuo occidental. Priorizar la felicidad personal conduce a una serie de problemas como el centrarse demasiado en uno mismo, hecho que no sucede en las culturas orientales. Tal vez se necesite un enfoque más equilibrado de la felicidad donde la felicidad social cobre protagonismo. La felicidad personal es beneficiosa en algunos contextos, pero perjudicial si se busca en detrimento de la armonía social.
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