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Redistribución

Santiago Niño Becerra - Lunes, 29 de Octubre Todos tenemos claro que significa el concepto "redistribución"; ¿seguro?.

Como siempre en estos casos, vayamos al Diccionario de la Lengua Española de la RAE. redistribución. 1. f. Acción y efecto de redistribuir. Sigamos. redistribuir. 1. tr. Distribuir algo de nuevo. 2. tr. Distribuir algo de forma diferente a como estaba. Continuemos. distribuir. 1. tr. Dividir algo entre varias personas, designando lo que a cada una corresponde, según voluntad, conveniencia, regla o derecho. 2. tr. Dar a algo su oportuna colocación o el destino conveniente.

Es decir, que la idea de “redistribución” lleva implíт­cita la modificación de un reparto de algo entre varias personas, que anteriormente se habíт­a realizado con arreglo a unas normas. El modelo de protección social generalizado en algunos lugares a partir de los años 50 asoció en la imagineríт­a popular -y no sólo- la coletilla de que la redistribución veníт­a asociada a que, a través de medios totalmente legales, a quienes más teníт­an se les quitaba algo y se transferíт­a a quienes menos teníт­an; el modo utilizado para quitar, generalmente, era a través de la políт­tica fiscal, pudiendo, lo que se daba, adoptar formas muy diferentes. Hasta hace unos años ese esquema, con más o menos intensidad y con mayor o menor fortuna ha ido operando de la manera descrita, pero, ni necesariamente la redistribución debe funcionar asíт­, ni tiene, tampoco, que ir en el sentido apuntado.

A partir de 1979, el Modelo de Oferta empezó a modificar esta forma de ver la redistribución. Basándose en una falacia: que las reducciones de impuestos -más, proporcionalmente, a las personas con mayor renta y a las compañíт­as que a las personas de menor renta- favorecen la actividad económica y el uso del factor trabajo; principió un camino que se ha ido acelerando con el paso de los años. Las consecuencias de tal proceder se vieron inmediatamente: en los 80, las economíт­as que con mayor íт­mpetu aplicaron los predicamentos del Modelo de Oferta -USA y UK- vieron como la desigualdad entre rentas se disparaba, aunque eso es algo de lo que no toca ocuparse hoy.

La falacia radicaba en que el razonamiento no contemplaba algo que empezó a suceder en el mismo instante en que el Modelo de Oferta comenzó su andadura: 1) que la productividad podíт­a ser aumentada, y mucho; y que el factor trabajo era crecientemente innecesario, que su utilización iba quedando paulatinamente desvinculada de la generación de PIB y, 2) que, en términos relativos, cada vez era menos necesaria una mayor cualificación masiva de ese factor trabajo. A fin de compensar tales derivaciones y, también a fin de aumentar el negocio financiero, se fueron suavizando las normas para acceder a los créditos bancarios.

A pesar de que la filosofíт­a del Modelo de Oferta ya ha quedado superada, algunos de sus elementos han sido transferidos al momento actual, entre ellos esa redistribución new que el Modelo de Oferta puso en marcha; el tema tan de moda de los biocombustibles no deja de ser una variante de tal new redistribución.

Si USA dedicase el 100% de su cosecha anual de maíт­z a la producción de bioalcohol, con el producto resultante tan sólo cubriríт­a el 10% de sus necesidades energéticas durante un año, el 10%. ¿Qué se esconde detrás de ese afán por los biocombustibles?.

En dólares constantes, el precio del maíт­z que se paga a los agricultores USA lleva años estancado o a la baja, por lo que las subvenciones son esenciales para los maiceros USA; ¿por qué sucede eso?, pues porque el maíт­z USA se halla protegido de las posible entradas de maíт­z exterior. Pues bien, hete aquíт­, que con la historia de los biocombustibles se matan dos pájaros de un tiro. Por un lado, USA -y Europa, aunque no sea con el maíт­z- podrá reducir o eliminar sus subvenciones; por otro, los excedentes de cereales desaparecen como por ensalmo. Claro que eso no contempla otras cosas, como la creciente demanda de cereales por parte de China y la India, ni el hecho de que una reducción de la oferta de cereales para alimentación esté implicando un aumento en vertical de su precio.

Los biocombustibles van a representar una gota de agua en el mar energético, pero van a tener un impacto políт­tico fundamental: “nos estamos ocupando del medio ambiente”, podrán decir los políт­ticos profesionales, pero la verdad de la buena será que, otra vez, se estará llevando a cabo una políт­tica redistributiva. “Negativa”, dirán algunas/os; ¿negativa?, ¿por qué?. Todo depende del lado en que nos encontremos y el color del cristal con que la miremos; ¿no?.

Mañana nos ocuparemos de lo mismo pero desde el lado de las rentas.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull. 

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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