La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Reflexiones a un nivel intermedio

Santiago Niño Becerra - Martes, 18 de Agosto

Me envía un mail un lector. Desempeña sus funciones profesionales a un nivel medio-alto en una compañía multinacional: muy multinacional.

“Ayer fue comunicado formalmente el expediente de despido.

A tenor de las circunstancias, se me ocurren varias reflexiones. Hemos llegado a este punto en gran medida por la deficiente gestión de la alta dirección, donde decisiones como (nombre de un proyecto concreto), ir a ciertos proyectos a los que no se debería haber ido, gestión deficiente, ingeniería contable que todo lo arregla, etc., han provocado un deterioro tan salvaje de la posición de caja, que seguramente no queda otra opción que realizar ajustes, entre ellos los de plantilla.... ahora bien, la pregunta es: si la alta dirección tiene las máximas responsabilidades y cobran los bonus que cobran por esas responsabilidades, ¿por qué no ha caído ningún director general cuando está claro que ellos son los primeros y máximos responsables de la situación?

Por otro lado, ¿Por qué se ha mirado hacia otro lado cuando sabía lo que estaba pasando? ¿Por qué los accionistas relevantes que tienen una silla en el consejo miraban hacia otro lado?

Te voy a decir lo que yo creo que ha pasado, que pasa y que no solo pasa en (nombre de la compañía a la que se estaba refiriendo), sino que pasa en más empresas:

1. Somos compañías demasiado Verticales, lo que significa que los de abajo y del medio nos encargamos de ejecutar lo que dicen los de arriba y además no se puede "aportar" nada, porque arriba es como si tuvieran una clarividencia única.

2. Triunfa la Mediocracia: No triunfan los mejores, triunfan los mediocres más bien conectados y los mediocres se rodean de más mediocres porque ven a los profesionales mejor capacitados como una amenaza y no como una oportunidad.....

3. Pérdida de Rigor: No existe el rigor en la gestión y en la dirección, se ha perdido, lo que provoca que los análisis de costes, de flujo de caja, de riesgos, etc., son "mejorados artificialmente", rebajando sobretodo la evaluación del impacto de los riesgos.

4. Cultura de la directriz sin acción: Si soy consejero delegado y digo que los más importante es facturar y cobrar, mientras lo diga muchas veces y si puede ser muy cabreado, se va a hacer..... olvidamos que para que se produzcan cosas hay que ejecutar acciones, no solo decir.

5. Cultura Española: Todo lo anterior se resume en una "cultura española" donde no se busca el lograr el objetivo común, sino en lograr "mi objetivo" y si puede lograrlo diciendo que el de mi lado lo hace peor que yo, mejor para mí...y si no llego al objetivo maquillo los datos, escondo cosas debajo de la alfombra, convenzo a auditores.......ya sabes, cultura de listillos.

En fin, o hay un cambio real en el "liderazgo", algo inexistente hoy en día en la alta dirección, o empresas de "alto potencial" dejarán de tener sentido en un futuro muy próximo”.

Es para meditar, ¿verdad? Aunque sólo estuviese acertado en el 50%.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]