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Un extraño mundo en el que los bancos no podrán generar beneficios

Carlos Montero - Martes, 10 de Marzo

El mes pasado, el banco central de Suecia (Riksbank), dio un paso hacia lo desconocido mediante la reducción de su tasa de interés clave a territorio negativo, en un esfuerzo para combatir la caída de la inflación. Sin embargo, el experimento está empezando a plantear serios problemas a los grandes bancos de Suecia. Aproximadamente la mitad de todos los bonos gubernamentales europeos tienen algún tipo de tasa de interés negativa. Y como el experimento en Suecia muestra, esto va a aplastar a los beneficios bancarios.

En términos simples, los bancos minoristas realizan sus beneficios al cobrar unos intereses más altos por el dinero que prestan que los intereses que pagan a los ahorradores y a otros bancos. En un modelo tradicional, un banco es simplemente un intermediario que canaliza el dinero que la gente desea guardar hacia a la gente que lo gasta para financiar una inversión o una casa, etc.

Pero cuando las tasas de interés son negativas todo esto es mucho más complicado.

Este es el problema. Cuando un banco central introduce tasas de interés negativas está cobrando dinero a los bancos que depositan su dinero allí. La idea es que al cobrar un dinero a las instituciones que mantienen efectivo, estarán más dispuestos a gastar el dinero, o hacer nuevas inversiones en empresas, en lugar de pagar un cargo por su almacenamiento.

En teoría, este aumento de la actividad económica impulsará la inflación. Los precios al consumidor de Suecia han caído un 0,2% en enero en comparación con el año anterior tras una caída del 0,3% en diciembre.

El siguiente gráfico muestra la inflación sueca (línea morada) frente a la tasa de interés clave del banco central Riksbank:

 

Entonces, ¿qué implicaciones tiene esto para los bancos? Bueno, inicialmente las tasas inferiores ofrecen un impulso a los bancos. Empujan a la baja las tasas cobradas por otros bancos para prestar dinero.

Aunque la tasa que cobran por los préstamos a tipo variable cae junto con la tasa del banco central, el interés que recibe de los préstamos ya dados y la tasa que pueden cobrar a los nuevos préstamos no cae al mismo ritmo que sus costes de financiación, y eso les permite defender su margen de beneficio (al menos en el corto plazo).

Esto es exactamente lo que hemos visto en Suecia por ahora:

 

Este proceso también debe ser bueno para los que reciben un préstamo. En un mercado competitivo, los menores costes de financiación deberían comenzar a bajar las tasas de interés de los nuevos créditos ya que los bancos creen que pueden ganar cuota de mercado frente a sus competidores mediante la reducción de las tasas. Es decir, las personas pueden obtener ahora préstamos más baratos - de nuevo ayudando a la economía.

Sin embargo, una vez que las tasas de interés caen por debajo de cero estos beneficios se detienen.

En teoría, si usted pide prestado dinero de un banco a una tasa de interés negativa entonces el banco debería pagarle por coger un préstamo en lugar de cobrarle intereses. Y si se imponen tasas negativas en su cuenta bancaria, usted tendría que pagar al banco por el privilegio de mantener el dinero en una cuenta.

En el mundo real, sin embargo, mientras que los gobiernos parecen ser capaces de pedir prestado a tasas nominales negativas, los bancos individuales no reciben el mismo lujo. Esto se debe a que los ahorradores podrían cambiar de banco si la entidad empieza a cobrarle por mantener una cuenta de dinero. Y otros bancos comienzan a preocuparse por la estabilidad de su propia financiación y reducen los préstamos a otras instituciones.

En otras palabras, el límite inferior cero - el momento en el que las tasas se quedan en cero y no pueden caer más aún si la inflación sigue siendo baja - sigue siendo un gran problema a pesar de que los bancos centrales están presionando cada vez más hacia ese límite. Esta es la evidencia, el Euribor a un mes (una medida de la tasa de interés media a la que se prestan dinero los bancos europeos) se mantiene en una línea plana justo por encima de 0.

 

Si los bancos no pueden reducir su coste de financiación, significa que o bien van a ver una caída de los beneficios o se verán obligados a elevar las tasas de interés de sus préstamos con el fin de compensar las pérdidas impuestas por el banco central.

Esto ya está ocurriendo en la red alemana de cajas de ahorros regionales, o cajas de ahorro, que son muy dependientes de los depósitos de clientes y lo están pasando muy mal para conseguir beneficios.

No hemos visto estos problemas aún en Suecia debido al impacto de la nueva regulación bancaria que obligó a los bancos a aumentar sus reservas de capital. Pero esto está a punto de cambiar.

Los prestamistas más pequeños han expresado su intención de comenzar a aumentar sus préstamos hipotecarios - un movimiento que pondrá a prueba a los grandes bancos ya que tendrán que bajar el coste de sus préstamos con el fin de mantener la cuota de mercado. E incluso si no lo hacen, la tentación que tendrán los jugadores más grandes de comprar algunos de los negocios de sus competidores llegará a ser abrumadora.

Esto implica que una disminución de los beneficios en el sector bancario sueco es ya inminente. Y esto puede volver a aparecer en cualquier otro país que imponga tasas negativas a sus bancos.

 

Fuentes: Thomas Hirst, Business Insider




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