La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Un hospital como ejemplo

Santiago Niño Becerra - Jueves, 31 de Marzo

Como ejemplo: http://www.catalunyapress.es/texto-diario/mostrar/414824/el-consorci-sanitari-de-terrassa-grita-no-al-cuarto-plan-de-recortes   

Que sea un centro sanitario, una fábrica de caramelos, una naviera o un banco, el mensaje es el mismo: los ingresos evolucionarán cómo evolucionen pero los gastos han de ir hacia abajo a fin de ajustarlos permanentemente a la evolución de aquellos. Es decir, los ingresos son una incógnita, los gastos son conocidos, luego son sobre los que deben gravitar los ajustes de aquellos.

¿Qué implica eso? Pues flexibilidad, externalización, contratación por obra y servicio, empleo temporal y a tiempo parcial; es decir, todo según necesidad, a medida: se contrata, se utiliza, se obtiene el servicio, se paga, y adiós.

Esto implica dos cosas. 1) que se da por supuesto que no se van a utilizar plenamente todos los factores productivos de que se dispone y que no se van a utilizar al 100%, por lo que un mínimo número se insumos serán 'propios', y 2) que esta forma de hacer, de funcionar, es absolutamente diferente a la seguida antes de que comenzase la crisis (sistémica).

El camino fue totalmente lógico: se fue consumiendo, primero con renta y luego con crédito hasta que este se agotó. Se entró en una situación de sobreproducción y de subconsumo y empezaron los recortes y los ajustes. Han menguado los ingresos y se han hecho inciertos, por lo que se están diseñando subestructuras –recurriendo a la crecientemente sofisticada, fácil de usar y barata tecnología– a fin de poder disponer únicamente de los insumos que se necesiten, cuando se necesiten y durante el tiempo que se necesiten. En eso estamos.

En una fábrica de caramelos, en una naviera, en un banco, y en un centro sanitario. Así han llegado a estar las cosas.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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