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Y otra conversación

Santiago Niño Becerra - Martes, 03 de Octubre

En realidad fue eso: una sucesión de mails con un lector:

Dijo mi lector:

“1-¿Qué opina del articulo?   ¿Puede suceder algo así? ¿qué consecuencias tendría para un país como Chile?

2-¿A cuánto asciende la deuda mundial al día de hoy? (a fines del 2015 eran 200 billones de dólares)”.

Dije:

“Estamos en una crisis que comenzó en el 2007, tiene mucha lógica que con todo lo que está pasando, en Otoño de este año se produzca una nueva manifestación de la crisis. Y sí: todo está conectado. Pero una burbuja de todo, no sé”.

Dijo:

“¿Y cuanto es la deuda mundial actual?  es un buen índice de como esta y para donde camina la economía del mundo”.

Dije:

“A día de la fecha no lo sé, pero da igual que sean 200 B que 210 B”.

Dijo:

“En otras palabras la cosa sigue igual de mala.....y posiblemente a peor”

Dije:

“Si”.

Dijo

“Saludos cordiales desde Chile”.

Dije:

“Chile … Pienso que en Latinoamérica vienen tiempos complicados”.

Dijo:

“Ya los estamos viviendo: estamos recibiendo (según me cuentan) 300 Haitianos por día, y la cesantía está aumentando según las encuestas.

Con todo respeto le presento una teoría personal sobre lo que está sucediendo principalmente a las clases medias mundiales en los países desarrollados y/o en vías de desarrollo:  la "saturación de futuro", (la que ha sido acrecentada por los medios de comunicación y las redes sociales).

En la actualidad las sociedades están entrando en lo que llamo “saturación de futuro” esto sucede cuando las personas y las sociedades se toman consciencia que el futuro es la repetición del presente, sin misterios de esperanza, sin salidas, sin potenciales nuevos mundos al que ir. Esto hace que las personas se desesperancen; dejen de buscar soluciones, de soñar con esperanzas viables, las vocaciones y las místicas desaparezcan y son reemplazadas por fanatismos y/o objetivos idiotas: el auto más grande, el teléfono más potente, el televisor más plano. Y para que hablar del dinero, el fin y salvavidas supremo. En fin…objetivos vacíos en si mismos que terminan produciendo frustración.

Los primeros en corromperse son las clases dirigentes, ya que manejan "información privilegiada". (Esto ha pasado en todos los imperios y civilizaciones de la antigüedad, cada civilización tiene un "máximo" marcado por el fin de las místicas que la impulsa y del cual parece no poder pasar).

Como solución las ideologías proponen una especie de paralización de la sociedad en un estado determinado, algo absolutamente contrario a la psicología humana. Y por otro lado el sistema económico reinante está basado en la falacia del crecimiento perpetuo e interminable. Ninguna de las dos “soluciones” es viable en el corto plazo, a no ser que todos nos volvamos fanáticos y eso sería el fin de la humanidad, porque la humanidad no se extingue por que el “bípedo implume” desaparece de la faz de la tierra, se extingue porque su conciencia y atributos éticos, que lo distingue de los otros animales, se anula.

Para los haitianos y todos los emigrantes del mundo, los países más desarrollados que ellos son un nuevo mundo, son su motivación. Pero para las clases medias de los países desarrollados no hay nuevos mundos....

El planeta está entrando en un ciclo muy complejo que parece ser "natural", pero en este ciclo somos 7.500.000.000 personas en el planeta, la caída será muy fuerte”.

Dije:

“Su apreciación no es inexacta, pero esos ‘objetivos vacíos’ han generado y generan PIB … Yo me permito añadir a su observación algo que, pienso, es básico. La clase media que hemos  conocido es muy nueva: nace tras la II GM y nace por necesidad: un grupo de personas lo más numeroso posible y con expectativas de mejora permanentes, que trabaje, consuma, ahorre, pague impuestos y se reproduzca; un grupo que fue necesario para perpetuar el modelo y para frenar el avance de la ideología del ‘otro lado’. Esa clase media es lo que Galbraith también describió en ‘La Sociedad Opulenta’. Pero a partir de los 80 cada vez fue menos necesaria desde la producción y hoy a cada día que pasa es menos necesaria en todo. Pero la clase obrera ya no es necesaria en absoluto y ese 0,1% de la población que está en Elysium no necesita a nadie a su alrededor. Esa clase media que declina tiene un futuro saturado, si. Y si esa clase tiene un futuro así, imagine el de quienes teóricamente están por debajo”.

Dijo:

“¿Y qué podemos hacer ante esto? ¿les darán renta básica a las masas de desocupados?. Y suponiendo que se les da una renta básica y alimento, queda el gran problema humanidad: ¿con que se les alimenta el cerebro (o el espíritu) para que no involucionen hacia la decadencia moral?  El ser humano, una vez que sobrepasa el estado de sobrevivencia, necesita un objetivo de vida, un paradigma que lo impulse hacia adelante.  ¿Podría ser el fin de la humanidad?”

Dije:

“Posiblemente nada que ahora pueda imaginarse o pueda imaginar quienes no se hallen trabajando en campos en los que se aborden estos temas. Piense que nos hallamos en un momento de la evolución histórica que nunca antes se ha dado: hasta ahora, para abordar lo que fuese hacía falta más población; eso ya ha dejado de ser así, lo que abre la puerta hacia algo desconocido”

Para meditar.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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