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CHIVATAZOS, DELACIONES Y OTRAS ESPECIES
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    <strong>Artículo publicado en <a href="http://www.lacartadelbolsa.com">La Carta de la Bolsa</a> el Viernes, 07 de Octubre en la sección: Opinion</strong>
    <h3 class="titulo_articulo">CHIVATAZOS, DELACIONES Y OTRAS ESPECIES</h3>
    Santiago Niño Becerra
    <p align="justify">Lo dice la ley: desde el pasado mes de agosto, las
compañíÑ‚Âas, USA o no USA, que coticen en USA, deberán haber establecido
canales para que sus empleados puedan realizar denuncias, de forma
anónima, en relación a prácticas y procederes incorrectos realizados en
la compañíÑ‚Âa.</p><p align="justify">Con no ser nuevo el invento (en la
España de los 40, por ejemplo, la reforma fiscal de José Larraz ya
recogíÑ‚Âa, e incluso fomentaba, la posibilidad de delatar a defraudadores
y desaprensivos fiscales), el objetivo de la Sarbanes-Oxley Act es el
de evitar casos como los de Enron y WorldCom; la pregunta es,
¿funcionará el invento?.</p><p align="justify">Dejando al margen la
reforma de Larraz, es totalmente lógico que USA haya sido el inventor
moderno de esta políÑ‚Âtica. El puritanismo fue el nervio central del
sistema de valores de los primeros peregrinos y de sus inmediatos
seguidores (recordemos que los primeros emigrados a la futura USA se
fueron de Inglaterra por ser, en lo religioso, más integristas que la
Corona). Ese puritanismo tiñó todas las legislaciones y normativas
posteriores manifestándose en el acusado conservadurismo que
caracteriza, en todo, a la sociedad estadounidense. Con los años, el puritanismo
se ha ido adaptando a la practicidad calvinista, aunque sin abandonar,
nunca, el carácter puritano de los inicios.</p><p align="justify">Junto
a lo anterior, los primeros pobladores de los futuros Estados Unidos tuvieron que
construir y desarrollar, un espíÑ‚Âritu de grupo particular en un entorno
desprovisto de algo que en Europa hacíÑ‚Âa siglos que era habitual: el
concepto de Estado; ese es el motivo por el que, a pesar del acusado
sentimiento individual del ciudadano y de la ciudadana USA, el
sentimiento de colectividad -transitoria, en innumerables ocasiones-,
se encuentra tan arraigado en la sociedad USA. AsíÑ‚Â mismo, esa carencia
de respaldo estatal, llevó a la sociedad USA a desarrollar, hasta sus
últimas consecuencias, el concepto de responsabilidad personal.</p><p align="justify">Si
se combinan ambos aspectos se llega a la siguiente conclusión: si alguien defrauda
está dañando a la colectividad; y como toda persona es responsable de
sus actos, las que defraudan son responsables de las consecuencias
colectivas de ese fraude, por lo cual deben pagar por él. Hasta aquíÑ‚Â,
OK; pero la cosa sigue. Como todos los integrantes de una colectividad
son responsables de sus actos, lo son de denunciar un fraude y a las
personas que defraudan, ya que, si no lo hacen, no están cumpliendo las
obligaciones que esa responsabilidad conlleva; por consiguiente, deben
delatar a esas personas que defraudan, y deben hacerlo gratis, sin
esperar nada a cambio de su denuncia. (No piensen en cosas raras: lo
anterior tan sólo es la exposición de un principio).</p><p align="justify">Bien.
Ahora intenten trasladar ese razonamiento a Europa en general y al
Reino de España en particular. ¿Se imaginan a la mayoríÑ‚Âa de las
españolas y de los españoles felicitando a una o a un delator y no
pensando que es un cochino chivato?. </p><p align="justify"><strong>Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de EconomíÑ‚Âa IQS. Universidad Ramon Llull.</strong></p>
    <br />
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