que ese era el nombre original de la
Isla de Pascua, se basa en la sobre explotación de los recursos de la
isla por parte de la población que, procedente de la Polinesia, pobló
la isla en algún momento del siglo IV y que, debido al excepcional buen
entorno, creció exponencialmente entrando en declive bastante antes de
su descubrimiento por los europeos en el siglo XVIII.
Curitiba, aunque con una historia que se remonta al siglo XVII, es
una moderna ciudad del Sur de Brasil de 1,7 millones de habitantes,
capital del Estado de Paraná. La ciudad brasileña ha estado en el
candelero mundial a finales del pasado mes de Marzo debido a que en
ella se ha celebrado la Cumbre de la Biodiversidad (
Reus es una localidad tarraconense situada a 54 Kms de la ciudad de
Tarragona. Vale la pena visitar su Museo de Arqueología Salvador
Vilaseca y la Fototeca municipal.
La Cumbre de la Biodiversidad finalizó en el más estrepitoso fracaso.
Los países ricos no adoptaron ningún compromiso financiero a fin de
preservar el medio ambiente de los países subdesarrollados; tampoco
para compensarles por el aprovechamiento que las grandes corporaciones
farmacéuticas realizan de sus variedades genéticas. Y, ¿por qué de este
fracaso?.
Nuestro planeta siempre ha estado abocado a la hiperexplotación,
siempre; antes, cuando eso que se ha dado en llamar globalización no se
había inventado, la explotación excesiva quedaba limitada a zonas en
concreto que, llegado el caso podían ser abandonadas (gran parte de la
culpa de la deforestación de Andalucía la tuvo la construcción de la
Armada Invencible -¿sabían que los británicos se refieren a ella como
"The Armada"- en tiempos de Felipe II); pero no hoy, cuando, en verdad
"el mundo es un pañuelo".
La tendencia a ‘obtener más’ -beneficios, oferta,
suministros- es febril, como la competencia para conseguir lo último
antes que los demás al mejor precio posible a fin de maximizar los
márgenes propios. Cuando leemos sobre ello, nos parece terrible la
sobre explotación de las cabañas de ganado vacuno y las condiciones de
las aves de corral en las granjas industriales, pero preguntemos a
nuestros abuelos cuantos españoles podían permitirse el lujo de comerse
un filete o un cuarto de pollo en el reino hace 60 ó 70 años.
Las consecuencias de la sobre explotación en un
mundo postglobal nos la cuenta la historia de Rapa – Nui. Sus
habitantes se encontraban en un mundo globalizado: su isla: nada había
más allá de sus costas; y el crecimiento demográfico descontrolado y la
sobre explotación de sus recursos acabó con su civilización. Sin
dramatismos ni tragedias puede ser un mensaje, o ¿no?.
(Se preguntarán que pinta Reus en esta historia.
Pues se me ha ocurrido para completarla al acordarme de aquella
pegatina que en los 60 adornaba la luna trasera de muchos 600s;
¿recuerdan?: "París – Nueva York – Reus".
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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