Ese resto queda desglosado en varios apartados que son susceptibles de
ser amalgamados a fin de llegar a epígrafes significativos; así, de
Cultura y Ciencia los informativos se ocupan el 9,7% de su tiempo
(Ciencia, el 0,8%); de Temas Sociales y de Sanidad y Salud, el 8,8%; de
Terrorismo y Seguridad, el 2,0%. Con todo esto, reagrupemos de nuevo.
A la política, los informativos dedican casi la
cuarta parte de su tiempo; a temas desastrosos y cosas relacionadas
con, o vinculas a, desastres, casi, también, otra cuarta parte; a
deportes, más de la sexta parte; pero a temas culturales y científicos,
ni siquiera la décima parte y, a temas medioambientales la centésima
parte.
O sea, que las ciudadanas y ciudadanos del reino lo que
fundamentalmente ven cuando ven los telediarios son políticos
vociferando, ciudades arrasadas por terremotos y repeticiones de goles
desde treinta y seis ángulos diferentes. ¿Aún duda alguien que "somos
lo que vemos"?.
(Uds. con un poco de morbo, se preguntarán: ¿y qué
porcentaje de su tiempo dedican las noticias de la tele a los temas
económicos y financieros?, pues, van a sorprenderse: el 6,2%. ¿Por qué
no escribimos todos una carta a las cadenas proponiendo que dediquen
más de su tiempo a la Economía?, tal vez nos hagan caso y los
teleespectadores lleguen a la conclusión de que, para ellos -¿para
ellos, para todos o, para algunos?-, es una mala cosa "estirar más el
brazo que la manga").
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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