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Grecia: la solución no es la reestructuración, sino la refinanciación
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    <strong>Artículo publicado en <a href="http://www.lacartadelbolsa.com">La Carta de la Bolsa</a> el Martes, 10 de Mayo en la sección: Articulos</strong>
    <h3 class="titulo_articulo">Grecia: la solución no es la reestructuración, sino la refinanciación</h3>
    Redacción
    <a href="http://www.saladeinversion.es/mercados/grecia-solucion-no-es-reestructuracion-sino-refinanciacion-inversion-trading-09-05-11/">Uno de los errores más habituales </a>de nuestra sociedad es que se ha conseguido convertir las virtudes de la humildad, por la soberbia, la generosidad por la codicia y los valores del esfuerzo y sacrificio por la búsqueda del dinero fácil.

¿Qué mundo vamos a ofrecer a nuestros hijos? Un mundo en el que es virtud la falta de sacrificio y el trabajo es defecto. Un mundo en el que ha pasado de ser prioridad a defecto las ganas por hacer de tu propio país un sitio mejor. La sociedad premia la fama y en cuestión de dinero solamente importa tener aún más dinero. ¿No creamos la vida en sociedad con el fin de compartir, para relacionarnos y, en definitiva, hacer de este mundo, un uno mucho mejor?

Compartir es el significado de Europa. Europa es y será el proyecto común. A día de hoy tenemos el reto de construir y no de destruir. Hay que pensar que nos hemos equivocado, pero es el momento de trabajar para reconstruir y llenar de valores la sociedad. El primer paso es Grecia. Los políticos tendrían que pegar un golpe en la mesa, con liderazgo, severidad y asegurar a los mercados que Europa ha llegado para quedarse, que el sueño de Churchill es realidad y los europeos nos vamos a ayudar unos a otros.

Tenemos que quitarnos la idea de sacar a Grecia del euro, olvidar de estrangular más a una de las cunas de nuestra civilización y la solución radica en evitar el colapso de nuestro sistema. Para ello, es necesario intentar que no se produzca la reestructuración y la salida de Grecia del euro. ¿Qué ejemplo estaríamos dando a nuestros hijos? ¿Hay que huir o afrontar los problemas?

La solución pasa también por reformas estructurales. El país heleno debe sufrir sus errores con el fin de aprender, tiene que caer para volverse a levantar, pero el resto tenemos que hacer que la caída sea lo más llevadera posible. Para conseguirlo, la solución no es la reestructuración sino la refinanciación, es decir, alargar el vencimiento de los plazos de entrega. Solución es también ayudar a nuestros hermanos griegos, mediante la reducción del coste de la deuda y no sacándolos del euro a las primeras de cambio. ¿Qué credibilidad tendría el euro a nivel mundial?

Si se alarga el vencimiento de la deuda de Grecia y se reduce el coste de financiación podría haber como condicionante un calendario de amortización de la deuda junto con un programa de privatizaciones. Grecia puede salir de la crisis, pero como decía el primer ministro Papandreu "que nos dejan hacer nuestro trabajo".

Cabría esperar que la clase política de ejemplo a nuestra sociedad, que hagan del liderazgo convicción y de la ayuda a Grecia el inicio de una Europa unida, pues los mensajes lanzados en las últimas semanas, inmersos en fuertes rumores parecen indicar, que los políticos tienen claro todo lo que está en juego.

Además, hay que tener en cuenta que reestructurar la deuda del país heleno se traduciría en una catástrofe, pues supondría la muerte del sistema bancario. Y es que, en concreto, la banca necesitó 3 trillones de dólares para salvar la chapuza de Lehman Brothers y ahora no podría aguantar la aniquilación de Grecia.

Por otro lado, que Grecia salga del euro no se traduce en convertir la deuda pública en dracmas. Significa que, en caso de salir de la divisa comunitaria, Grecia debería ipso facto el doble de lo que debe. Por ello, si las autoridades decidieran convertir la deuda en dracmas, el país heleno contaría con una pérdida de confianza de los mercados de deuda, a los cuales no podría volver durante décadas, lo que fomentaría llevar a este país a una situación devastadora. Todo ello, sin olvidar que los graves efectos sistémicos serían aún peores que en una hipotética reestructuración.

Ante este escenario, la sociedad debe lanzar un mensaje claro: Grecia se ha equivocado, ha caído y está convaleciente, pero la vamos a ayudar. Tanto Grecia como el resto de países europeos tiene que aprender la lección pero nuestra obligación, como ciudadanos de Europa, es ayudar a nuestra hermana y enseñar a nuestros hijos que el sacrificio, la humildad y la generosidad son virtud y la soberbia y la codicia defecto.

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