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La capacidad del inversor para auto engañarse es casi infinita
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    <strong>Artículo publicado en <a href="http://www.lacartadelbolsa.com">La Carta de la Bolsa</a> el Viernes, 24 de Octubre en la sección: Apuntes</strong>
    <h3 class="titulo_articulo">La capacidad del inversor para auto engañarse es casi infinita</h3>
    Carlos Montero
    <p style="text-align: justify;">
	Diariamente leo muchos mornings y notas a clientes de diferentes casas de análisis y bancos de inversión. Uno de estos bancos de inversión era particularmente optimista con los mercados financieros desde el pasado verano. Cualquier noticia negativa la interpretaban de una manera positiva, o la restaban importancia para que se ajustara a su visión alcista de los mercados.</p>
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	Según los mercados corregían desde máximos ese optimismo iba reduciéndose paulatinamente, hasta que a finales de la semana pasada cambiaron de opinión y declararon que reducían su exposición a bolsa en todas sus carteras. Justamente ese cambio de visión coincidió con el fuerte rebote de los mercados de valores.</p>

    <p style="text-align: justify;">
	Lo interesante de este hecho fue que a partir de su cambio de percepción de los mercados, en las notas a clientes matinales los datos financieros analizados se ajustaban a su ahora nuevo escenario pesimista. Los datos macro positivos ya no eran tan favorables, o en el mejor de los casos, no había que darles excesiva importancia pues el contexto subyacente seguía siendo incierto e inquietante. Es decir, la interpretación no se realizaba de manera objetiva sino que estaba supeditada a las posiciones que mantuvieran.</p>
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	Son muchos los estudios que han tratado el tema del condicionamiento mental de los inversores, cuyos análisis presentan un claro sesgo interpretativo según como esté posicionado en el mercado.</p>
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	El gestor institucional Ben Carlson detalla una serie de “autoengaños” que él mismo se ha creído durante su larga etapa como inversor profesional. Seguro que muchos les serán familiares:</p>
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	- No estoy equivocado son los mercados los que lo están. El tiempo me dará la razón.</p>
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	- Seré temeroso cuando otros sean avariciosos y avaricioso cuando otros sean temerosos.</p>
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	- Manejo modelos de descuento de flujos de caja que me señalan exactamente el valor real de una compañía.</p>
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	- Se todo lo que hay que saber sobre los mercados.</p>
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	- Invertiré cuando haya más certidumbre económica.</p>
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	- Nunca tomaré decisiones basadas en las emociones.</p>
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	- Compraré a manos llenas la próxima vez que haya un crash en el mercado.</p>
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	- Se exactamente los retornos esperados de mi inversión.</p>
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	- Si trabajo más duro mis rendimientos mejorarán.</p>
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	- Sabía que debería haber vendido estas acciones antes de la publicación de sus resultados.</p>
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	- Los operadores de alta frecuencia están matando a mi modelo operativo.</p>
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	- No me preocupo, puedo ignorar el ruido de los mercados.</p>
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	- Tengo un buen manejo de mi tolerancia al riesgo.</p>
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	- Mi estrategia funciona bien en todos los entornos.</p>
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	- Voy ahorrar más dinero para mi retiro.</p>
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	Estas son algunas de las mentiras propias que este gestor se ha creído durante años y que probablemente se seguirá creyendo en un futuro. Estas u otras diferentes, pues la capacidad del inversor para auto engañarse es casi infinita.</p>

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