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3 cosas que debe saber sobre los rendimientos históricamente bajos

Carlos Montero - Lunes, 11 de Julio

La semana pasada, Estados Unidos se convirtió en la última economía avanzada en experimentar una caída de los rendimientos de los bonos a mínimos históricos, junto con una aplanamiento en la curva de rendimiento de sus bonos del Tesoro. Pero ¿qué implicaciones tiene esto para la economía mundial?

Si analizamos las causas de este descenso, no podemos verlas en los catalizadores tradicionales. Esto también significa que las señales que se transmiten a los mercados y las implicaciones para la economía y la política monetaria no pueden ser analizadas de la manera habitual. En su lugar, estas son las tres conclusiones que podemos extraer de estas circunstancias sin precedentes (vía Mohamed El-Erian, Jefe Asesor Económico en Allianz):

1. Esta notable disminución de los rendimientos del Tesoro no está siguiendo una ruta convencional y dice mucho más de Europa y Japón que de EE.UU.

Tradicionalmente, rendimientos más bajos y una curva de rendimiento más plana en los EE.UU. son fuertes señales de una próxima recesión - y, en este caso particular, estarían dando señales de una recesión dolorosa, teniendo en cuenta lo que han caído los rendimientos y la forma tan plana de la curva.

Sin embargo, esa lectura no es aplicable en este caso: en vez de ser provocado por las condiciones en Estados Unidos, la curva de rendimiento del Tesoro ha sido atrapada por los acontecimientos en Europa y, en menor medida Japón. En concreto, las perspectivas de una nueva desaceleración económica y la probabilidad de más estímulos de los bancos centrales.

La preocupación por el lento crecimiento se ha amplificado en los últimos días por el resultado de la consulta sobre el Brexit, que añade incertidumbres a las condiciones económicas ya frágiles.

El menor crecimiento del Reino Unido va a tener efectos secundarios desfavorables en el resto de Europa. Esto se ve agravado por las limitaciones impuestas por los movimientos anti-sistema, a pesar de los remordimientos que surgieron tras el Brexit.

La buena noticia para los estadounidenses es que es probable que el efecto negativo de un menor crecimiento en Europa sea limitado. Estados Unidos todavía controla su destino económico, aunque no puede hacer nada con la curva de rendimiento. Las tasas negativas en gran parte de Europa hacen que la renta fija estadounidense sea aún más atractiva para los inversores de bonos de todo el mundo y por consiguiente la curva no se justifica por las perspectivas económicas y la política monetaria de Estados Unidos.


2. El impacto beneficioso en la economía de unos rendimientos más bajos será limitado, e incluso podría ser compensado por las consideraciones financieras.

La configuración de los tipos de interés en todo el mundo avanzado es poco probable que proporcione un gran impulso a la actividad económica.

Sin embargo, los cambios en los rendimientos impondrán aún más presión sobre el sistema bancario mediante el oscurecimiento de las perspectivas de beneficios. Esto es particularmente preocupante para los bancos europeos cuyo proceso de recuperación ha quedado retrasado respecto a sus homólogos de Estados Unidos. Además, sufrirán un empeoramiento de la calidad crediticia de las carteras de crédito por la desaceleración económica.

Los rendimientos más bajos también amplificarán las preocupaciones sobre la asunción de riesgos excesivos por entidades no bancarias.


3. Esto complicará aún más la tarea de la Reserva Federal

Ninguno de estos acontecimientos es una buena noticia para la Fed, que ya está soportando una responsabilidad excesiva por su política monetaria.

Además de hacer que la toma de decisiones sobre tipos de interés sea más complicada, los acontecimientos recientes acentuarán las preocupaciones sobre la capacidad que tienen las políticas macroprudenciales y el aparato de regulación para contrarrestar los crecientes desafíos a la estabilidad financiera y el bienestar económico.

 

Fuentes: Mohamed A. El-Erian, Jefe Asesor Económico en Allianz




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