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¿Cuál es el éxito de Europa?

Carlos Montero - Miercoles, 28 de Mayo

Les podrá resultar llamativo el titular de este artículo dado el escenario actual en el viejo continente, y la paupérrima evolución económica de los últimos años. Sin embargo, es el título que el premio Nobel de Economía Paul Krugman otorgó a un reciente análisis publicado en el New York Times, y en el que se recoge las diferencias identitarias con respecto a EE.UU. Krugman señala en este artículo:

Es triste que los problemas financieros y macroeconómicos de Europa hayan eclipsado su notable éxito desde un punto de vista de largo plazo. Y en un área especialmente: la creación de empleo.

El discurso político en EE.UU. está dominado por una visión Robin Hoodiana (Robin Hood), en la creencia que el éxito económico depende de ser amable con los ricos, ya que no van a crear puestos de trabajo si están fuertemente gravados, y desagradables con los trabajadores comunes, que no aceptarán puestos de trabajo a menos que no tengan otra alternativa. Y de acuerdo con esta ideología, Europa con sus altos impuestos y sus generosos estados del bienestar, lo hace todo mal, por lo que el sistema económico europeo está colapsando.

La realidad, sin embargo, es muy diferente. Sí, el sur de Europa está experimentando una crisis económica. Pero las naciones del norte de Europa, Francia incluida, lo han hecho mucho mejor de lo que la mayoría de los estadounidenses creen. En particular hay una sorprendente realidad poco conocida: Los adultos franceses en sus mejores años laborales (25 a 54 años), tienen sustancialmente más probabilidades de encontrar empleo que sus homólogos estadounidenses.

Pero no siempre fue así. De vuelta a la década de 1990, Europa tenía graves problemas con la creación de empleo. El fenómeno incluso recibió un nombre: La Euroesclerosis. La red de protección social europea corría el riesgo de convertirse en una “hamaca” que socavaría la iniciativa y alentaría la dependencia.

Pero entonces ocurrió algo curioso. Europa comenzó a hacerlo mucho mejor, mientras que EE.UU. empeoró considerablemente. La tasa de empleo en Francia (edad entre 25-54 años) superó a la americana en la primera administración Bush. Otras naciones como Suecia y los Países Bajos lo hicieron aún mejor. 

Ahora los jóvenes ciudadanos franceses tienen menos probabilidad de tener empleo que los estadounidenses. Pero una gran parte de esa diferencia refleja el hecho de que Francia proporciona más ayuda a los estudiantes, por lo que ellos no tienen que trabajar de camino a la escuela. ¿Es eso algo malo? Además, los franceses tienen más vacaciones y se jubilan antes, y los incentivos para la jubilación anticipada son muy generosos.

Pero en el tema principal de proporcionar puestos de trabajo a aquellas personas que realmente tienen que estar trabajando, Europa nos gana sin esfuerzo, a pesar de que según los ideólogos del libre mercado, los beneficios y las regulaciones sociales son medidas destructoras de empleo.

Estoy seguro que muchas personas simplemente se negarán a creer lo que estoy diciendo acerca de las fortalezas europeas. Después de todo, desde la crisis del euro ha habido una implacable campaña de los conservadores estadounidenses para presentarla como el colapso del estado del bienestar. Pero la macroeconomía, como les trato de decir, no es un juego de moralidad donde la virtud siempre es recompensada y el vicio siempre castigado. Por el contrario, las graves crisis financieras pueden ocurrir en economías que son fundamentalmente fuertes, como la de los Estados Unidos en 1929. Los errores políticos que originaron la crisis del euro  -creando una moneda unificada sin el tipo de la banca y la unión fiscal que demanda una moneda única- no tenían nada que ver con el estado del bienestar.

La verdad es que los Estados de bienestar al estilo europeo, han demostrado ser más resistentes y con más éxito en la creación de empleo, de lo que ha permitido la filosofía económica dominante de Estados Unidos.




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